Ha estado un año convaleciente, pero no vuelve con las manos vacías. Andrés Suárez, el cantautor ferrolano que se lanzaba a la escena nacional desde un metro de Madrid, regresa a los directos con todo un nuevo repertorio de canciones, reunidas en su último álbum Desde una ventana. La gira de presentación, que llega este sábado al Palacio de la Ópera a las 20.30 horasPalacio de la Ópera, sorprenderá al público con un tono más roquero del habitual en el cantante, que se convertía recientemente en escritor con su libro Más allá de mis canciones.

- Casi un año sin subirse a un escenario, ¿cómo está siendo la vuelta?

-¡Pues imagínate! Tenía muchas ganas de volver. Hemos ensayado algo muy distinto a las otras giras y me apetece mucho mostrar el nuevo repertorio. Voy con adrenalina pura, y eso se nota en el escenario.

- El disco que presenta también ayuda. Tiene un tono mucho más alegre que Mi pequeña historia .

-Absolutamente. Mi pequeña historia, es un disco introvertido, con canciones que tenían que ver más con lo nocturno, con los bares que frecuentaba? Ahora ya no voy a bares, aunque nadie me crea, y escribo por la mañana enterándome de todo. Desde una ventana es abrir a la luz y al aire aquella oscuridad pasada. No me arrepiento de ella, pero elijo este momento vital sin duda.

- ¿Por qué el cambio?

-Es un momento personal. Me gusta sobre todo por haber presentado un single como El corazón me arde, que es el más energético de toda mi carrera. Creo que soy afortunado por desmontar el mito del cantautor como ese tipo pesimista y triste que aburre en un bar.

- ¿Siente que debe luchar contra esa idea?

-Yo creo que sí. Poco a poco se va desmantelando, pero es un tópico muy difícil de quebrar. A mí me duele un poco cuando voy a Latinoamérica, y me hablan de Sabina, Serrat, Víctor Manuel? Con una devoción que es impresionante. Aquí parece que hay una suerte de algo casi nocivo en su concepto. Me ha llegado a decir gente de la industria que no diga que soy cantautor, porque se venderían menos discos. Pero un cantautor también es Ed Sheeran, Javier Ruibal, James Taylor? Gente que hace que pegues saltos de alegría.

- Como usted con Desde una ventana . Ese sonido eléctrico? ¿es un regreso a sus orígenes?

-Totalmente. Y me encanta que me lo preguntes, porque cuando yo presenté este disco más roquero, hubo gente que se mosqueó porque me conocía de Libertad 8, y aquello no era yo, me decían. Pero yo empecé a los 14 años versionando a Barricada, Extremoduro? Luego llegó la canción de autor, pero primero fue el rock.

- Sin embargo, sigue habiendo nostalgia, como siempre, y también su tierra, ¿de qué manera se refleja Galicia?

-Mira, yo siento mucho que me llamen pesado por seguir cantándole a Galicia y llevándomela a todos los lados del mundo. Me han caído broncas en redes sociales increíbles, de "qué pesado eres con Galicia", sobre todo un sector de mi público madrileño al cual yo le explico que a Madrid le debo absolutamente todo, mi carrera no sería igual si no hubiera ido a Madrid, ahora bien, yo soy de una aldea que se llama Pantín. Es imposible no regresar en cada verso y reivindicarlo.

- Ese salto a la capital, ¿fue la mejor decisión de su vida?

-Yo creo que sí. En Madrid me decían que estaba todo, y fue realmente así. Me vino genial cantar en el metro, volvería a hacerlo si me fuera mal, porque es un ejercicio paralelo de la hostia, tienes que pelear muchísimo para conseguir una mirada o un aplauso. Gracias a Julián de Libertad 8 comenzaron a irme bien las cosas allá. Hablo de él bastante porque ahora te quiere todo el mundo y todo va bien cuando se llenan las salas, pero al principio no era así en absoluto.

- Alguno le diría que lo dejara.

-Hubo gente que sí, que me recomendaba abandonar la música y me decía que no valía. Yo creo que a día de hoy estoy aquí porque aprendí en su día a mandar al carajo a esa gente, y creer en mis temas. He dudado alguna vez de mí, pero nunca de mis canciones.

- "Nunca sentí un escalofrío así escuchando un disco mío". ¿Por qué ese escalofrío con Desde una ventana y no con los demás?

-Tal vez porque es el último, y por lo tanto el más maduro o en el que más me acompaña la realidad que frecuento. Al volver al disco meses después de la mezcla, sentí que era muy verdad. Es un álbum tocado con mi banda en directo dentro de un estudio, muy orgánico y sincero. Hay imperfecciones, y en eso está la verdad.

- ¿Qué canciones le emocionan más?

-Hay muchas que me emocionan en el disco: Apenas te conozco, El corazón me arde? Las escribí del tirón, y las sentí mucho. Yo en un concierto cuando canto este tipo de canciones la gente se altera. Claro que, si no consigo que la gente se emocione, sonría, llore o le coja la mano al de al lado, mi trabajo no vale de nada.

- También ha sacado un libro, Mas allá de mis canciones . ¿Era el momento de probar con el papel impreso?

-Era el momento. Lo empecé en un año casi sabático, y en ese tiempo libre yo quería trabajar, entonces empecé a escribir como 32 capítulos, que eran como 500 páginas, y mi editor me mataba, me decía "por favor, corta un poco" [se ríe]. Es un libro de relatos describiendo 15 momentos y canciones que me marcaron para siempre.

- Esta obra le convierte también en escritor, ¿cómo vive esta etapa tan vertiginosa, en la que tantas cosas están ocurriendo?

-Es muy intenso [se ríe]. Pero de verdad que estoy muy feliz. Dicen que los músicos somos un tanto inestables, y si te cuento que estuve 10 meses en casa sin salir, y ahora voy a estar un año y medio casi en un hotel, entenderás mi inestabilidad. Pero acepto el trato, porque es la realidad que conozco. No sé de otra vida más que de música, no sé dónde acaba ella y empiezo yo.