Dos operarios accedían con cajas y embalaje ayer al hotel Riazor minutos antes de las doce de la mañana para descolgar la clásica lámpara acristalada que iluminó el hall durante los últimos cincuenta años. La situada en el comedor, del mismo estilo, también fue cuidadosamente empaquetada. Serán dos de los pocos elementos decorativos que sobrevivan a la reforma de las instalaciones, que ayer por la mañana cerraron sus puertas para abrir dentro de un año con categoría de cuatro estrellas. Los alrededor de treinta empleados del establecimiento apuraban los últimos minutos. Uno de ellos salía del edificio con un televisor entre sus manos. "Os pedimos que os vayáis para que podamos recoger todo y hacer nuestro trabajo. A las doce cerramos las puertas", advertía una mujer a los fotógrafos y periodistas que acudieron a inmortalizar la clausura del edificio.

En el mostrador, un recepcionista realizaba los check-out de los huéspedes menos madrugadores del hotel. En su última noche estuvo "casi al completo", ayudado por el puente del Pilar y las altas temperaturas. La mayoría de los clientes abandonaban satisfechos las instalaciones, sobre todo por su ubicación, pero reconocían que necesitan una reforma. "El sitio en el que está es excepcional aunque justo estábamos comentando que está un poco viejo. Hay óxido en algunos sitios", comentaban las hermanas Pilar y Dolores Cameselle, procedentes de Vigo, quienes pernoctaron solo una noche en el Riazor, la última antes de la clausura.

En los sofás de la planta baja, rodeados de maletas, esperaban para poner rumbo a Santander tres matrimonios y siete niños del club de patinaje Sobre Ruedas, de Torrelavega, quienes llegaron el miércoles a la ciudad para participar en una competición. "El hotel tampoco está tan mal. Lo único el ascensor, que tarda muchísimo y hay que esperar", opinaba Gonzalo Aburituvioz, uno de los mayores del grupo. Verónica Bautismo, de Palencia, quien se alojó durante tres días junto a su marido, su suegro y su hija, criticaba la limpieza. "Se nota que van a cerrar porque dejó mucho que desear, solo hacían el baño y por encima. La niña se tiraba al suelo y salía llena de pelusa. Está todo muy anticuado", comentaba. El hotel, abierto desde 1964, echó ayer el cierre. Abrirá dentro de un año tras una inversión de 3,5 millones.