La Universidade da Coruña (UDC) pondrá en marcha antes de que termine el año una serie de medidas sanitarias y técnicas para prevenir riesgos de exposición al gas radón en las facultades de Sociología y Ciencias de la Comunicación, centros en los que desde el año pasado se han realizado mediciones a raíz de la aparición de casos de cáncer. Las medidas consistirán, por un lado, en informes epidemiológicos y reconocimientos médicos a trabajadores y, por otra parte, nuevas mediciones y estudios ambientales y materiales del edificio que comparten las dos facultades, lo que motivará el traslado temporal forzoso de profesores afectados.

La activación de estos planes preventivos responde a la preocupación que el personal administrativo y de servicios y estudiantes y profesores de estas dos facultades han manifestado al rector, Julio Abalde, por la concentración de radón en edificios académicos. Aunque la UDC asegura que las últimas mediciones hechas en el edificio ofrecieron resultados por debajo de los niveles mínimos para lugares de trabajo (600 becquerelios por metro cúbico de aire, según señala un real decreto complementado con una instrucción del Consejo de Seguridad Nuclear), la institución ha decidido atender la demanda de los colectivos preocupados y encargar más mediciones y reconocimientos médicos, según explica en un comunicado colgado en su página web.

La Universidad aclara no obstante que los casos de cáncer diagnosticados entre 2004 y 2015 a personal del edificio de Sociología y Ciencias de la Comunicación no tienen "ninguna evidencia" que los relacione con causas "físicas, químicas o biológicas", según revela un informe realizado por la sección de Epidemiología de la Consellería de Sanidade. Esos empleados llevaban trabajando entre 6 y 17 años en esas facultades y sus cánceres se localizaron en siete partes anatómicas distintas, por lo que el estudio concluye que no hay causas específicas de sus dolencias.

El inmueble de Sociología y Ciencias de la Comunicación está más expuesto que otros a las concentraciones de radón, un gas que tiene su origen en el subsuelo de granito y que se filtra en las construcciones aisladas o poco ventiladas. La UDC asegura que desde el año 2013 ha realizado 439 mediciones periódicas en 50 edificios académicos, lo que ha supuesto hasta el momento una inversión superior a 154.000 euros en el plan específico de prevención de radón, que incluye además investigaciones y acciones correctoras.

De acuerdo con las mediciones de 2016, las concentraciones de radón en Comunicación se localizaron en un almacén general y otro de posproducción, un plató de televisión, una sala de sonido y otra de vídeo y la conserjería; en Sociología se advirtieron radiaciones en ocho zonas distintas en tres meses del año pasado. En la primera instalación se tomaron medidas inmediatas que provocaron resultados positivos en la siguiente medición, mientras que en la segunda los indicadores estuvieron por debajo del nivel máximo permitido, los 600 becquerelios.

Las medidas correctoras que se deben aplicar según la intensidad de los niveles registrados en un edificio van de la ventilación natural al cierre de la zona afectada pasando por la instalación de detectores de trazas durante tres meses.

A Zapateira y la Ciudad Vieja son dos zonas de A Coruña con alta exposición a las radiaciones de este gas, según revelan las pruebas realizadas hasta ahora por la empresa coruñesa Inteko y analizadas por la UDC y la Universidade de Santiago, con las que están elaborando un mapa gallego del radón.