Es sabido que los loros tienen una gran capacidad para imitar sonidos, lo que les hace ser muy apreciados como mascotas. En una vivienda de la calle de la Florida hay uno cuya jaula está colocada junto a una de las ventanas, lo que permite a los viandantes escuchar sus dotes interpretativas, que la mayor parte de las veces consisten en emitir silbidos similares a los humanos. Pero el avispado pájaro no se conforma con estas exhibiciones, ya que, a base de escuchar a las numerosas gaviotas del barrio, es capaz también de reproducir sus peculiares chillidos, que a buen seguro confundirán a las aves de esta especie.