Coordinación ante grandes aglomeraciones es el título del curso que la Universidad Internacional Menéndez Pelayo inició ayer y concluye hoy. Roberto Lage, su director y presidente de la Asociación de Empresas de Seguridad de Galicia (Aesga) busca con esta iniciativa concienciar a los responsables de instituciones políticas acerca de la necesidad no solo de que se cumpla en cuanto a tramitación administrativa la normativa sobre la gestión en los acontecimientos multitudinarios, sino de que se aplique realmente.

- ¿Es cierto que la tragedia del Madrid Arena marcó un punto de inflexión en el campo de la seguridad en las aglomeraciones públicas?

-Sí, porque fue la primera vez que se imputó judicialmente no solo a los responsables del acto, sino también a los policiales. Evidentemente, la responsabilidad es del organizador, pero estaba tan mal montado mediante subcontratas que ahora es difícil saber quién tenía la responsabilidad. La normativa no ha evolucionado en gran medida desde el Madrid Arena, aunque en Galicia ya hay en el Parlamento un anteproyecto de Ley de Emergencias para empezar a trabajar, por lo que la comunidad autónoma está tomando conciencia de este tema. Hasta ahora solo teníamos la Lei de Emprendemento de Galicia, que solo se refiere a las aperturas de locales. El problema que tenemos y sigue sin resolverse desde el Madrid Arena es que la gente lo que busca es el papel de la autorización, sin que se haga operativa la misma. En este país es muy preocupante la falta de conciencia de los ciudadanos del riesgo de una explosión, fuego, inundación...

- Incluso aunque se les advierta de ello.

-Es curioso lo que ha pasado en Barcelona cuando en un concierto se inició un fuego en los altavoces y la pantalla, porque los espectadores en lugar de evacuar el lugar, se pusieron a hacer fotos con los teléfonos. Pero al margen de la gente, cuando hablas con empresarios o responsables de polígonos industriales para implantar planes de emergencia y evacuación, hay mucho rechazo.

- ¿Por qué? ¿Es cara su implantación?

-Porque no hay conciencia de seguridad. Hacer un plan de emergencia no es caro, pero implica que la gente se active. En las grandes empresas eso no pasa porque tienen conciencia del riesgo y buscan el riesgo cero.

- ¿El problema está entonces en las pequeñas?

-En las pequeñas y en algunas grandes que no acaban de ver este tema, e incluso la Administración. ¿En cuántos organismos se implantan planes de emergencia y evacuación?

- Y debería ser la que diera ejemplo a las empresas.

-Lo que queremos con este curso es sacar a la palestra que la seguridad es importante, que el Madrid Arena pasó y está pasando lo mismo que con la prevención de incendios cuando ardió el edificio Windsor. Todos pensamos que en este país se iban a implantar medidas físicas de seguridad, como sistemas electrónicos de activación, y no se hizo. No hay conciencia del riesgo, porque no puede haber concentraciones en las que hay más de cuatro personas por metro cuadrado, ya que la norma exige que sean 0,25 y no nos preocupamos de cómo van nuestros hijos a esos actos, al igual que nosotros, que no miramos dónde está la puerta de evacuación o dónde aparcamos.

- ¿Qué tipo de espectáculos son los más complicados desde el punto de vista de la seguridad, los partidos de fútbol, los grandes conciertos...?

-Los partidos de fútbol están muy regulados y tienen muchas medidas de seguridad. A nosotros no nos preocupa el tipo de espectáculo, sino dónde se organiza, qué tipo de personas van a ir y si van a estar sentadas o de pie para hacer una evaluación de los riesgos y luego una disposición de medidas. Hace poco vi en la tele a un vecino de Ortigueira que decía que desde hace años en el festival no hay los problemas de inseguridad que había antes. ¿Por qué? Porque se hizo un plan de emergencia con seguridad privada y Guardia Civil. En A Coruña tenemos un gran acontecimiento que es la fiesta de San Juan en la playa que tiene una organización espectacular que minimiza los riesgos, pero no se puede evitar que una persona a las ocho de la mañana, cuando se está levantando el dispositivo, se vaya a bañar. Ese es un imprudente que a lo mejor tiene que llevarse una sanción administrativa.

- ¿Hay más rigor ahora por parte de la Administración al autorizar estos acontecimientos?

-Hay que hablar del tamaño de los ayuntamientos y de sus técnicos. Uno de nuestros objetivos era que al curso asistieran representantes de los ayuntamientos porque los hay que por su tamaño no tienen técnicos para estas actividades y las tienen que externalizar. Lo que nos faltan son interlocutores, porque los ayuntamientos no saben que los planes no son estrictos y que los jefes de seguridad los podemos modificar. También la catedral de Santiago tiene un plan de autoprotección y seguro que hay puertas del templo que no cumplen las normas de la ley vigente, pero no las vamos a tirar, sino a tomar otras medidas.

- ¿Cómo se puede corregir la falta de conciencia de los riesgos por parte de la población?

-Con formación. No entendemos cómo dentro de toda la formación obligatoria que se da en los colegios que a nadie se le dé un curso de cómo actuar ante un incendio, de primeros auxilios o cómo evacuar el centro. Desde muchas entidades como Aesga podemos colaborar dando charlas a los alumnos sobre este tema para saber que en un minuto y medio puede arder tu casa, que cuando vas a un recinto y hay un exceso de aforo tienes que ver dónde está la vía de evacuación o que cuando vas a un hotel lo primero que tienes que ver es el plano que indica cuál es la vía de evacuación, cosa que no hace nadie. Nos hace falta una difusión general para que la gente tome conciencia de que esto es un problema relevante.