Programa brillante y difícil que encantó a un público muy numeroso, y en el que la Banda coruñesa mostró una calidad técnica y una capacidad sonora excepcionales. El director donostiarra extrajo del instrumento colectivo toda la potencialidad que posee y ofreció unas versiones precisas y poderosas que provocaron reiteradas exclamaciones de entusiasmo. No es el primer director vasco que tiene nuestra Banda. La dirigió por primera vez el vizcaíno Rodrigo A. de Santiago, en 1947, y bajo su dirección se consolidó como una agrupación de alto nivel artístico. Ocón abre una nueva etapa que cabe esperar muy afortunada debido a que el director cuenta con el afecto de los músicos (ellos mismos lo eligieron) y porque se trata de un magnífico profesional y se halla dotado de una especial afabilidad en el trato. Para comenzar, eligió una obra de Dvorak poco habitual en el repertorio; no obstante es -como siempre sucede con el compositor bohemio- de muy grata inspiración (en especial, el movimiento titulado alla polacca); una inspiración que oscila entre la música de su propio país y la americana.

De los cinco movimientos de que consta la suite, Johan de Meij transcribió tres para Banda. En cuanto a la sinfonía en cinco movimientos de este autor sobre la trilogía de Tolkien El señor de los anillos, es diferente de la que realizó el autor de la banda sonora del filme, Howard Shore, que también compuso una sinfonía aunque en seis movimientos y utilizando material sonoro de la película. Como bis, una obra de nombre singular: Children of Sánchez, de Chuck Mangione, en transcripción del japonés Naohiro Iwai.