El PSOE ha dialogado con el Gobierno municipal del Ayuntamiento de A Coruña desde el principio de su constitución, pues tal vez alguien recuerde que a ese Gobierno lo apoyó por ser una fuerza de izquierda y porque el PP en el mandato anterior se había dedicado a destruir todo lo que habían hecho los gobiernos del Partido Socialista. Y hubo desencuentros y también apoyos puntuales y todo ello con Pedro Sánchez de secretario general del partido.

En este momento nuestro secretario general mantiene una relación fluida con Podemos y sus satélites pero, evidentemente, tiene un proyecto autónomo con un programa propio de oposición al PP y de propuestas de gobierno, lo que no impide que coincida con otras fuerzas políticas de la izquierda parlamentaria.

¿Será el Ayuntamiento de A Coruña una excepción a ese planteamiento general? Es obvio que no, pero también estará meridianamente claro, si el PSOE es coherente, que en el grupo municipal socialista y en el partido lo primero que primará será el proyecto de ciudad y, después, la autonomía de ese proyecto y su voluntad de ejecución, siempre, eso sí, con coordinación con los órganos superiores del partido en lo que se debe entender como política general.

Aquí hay una trayectoria seguida en estos dos últimos años en que el Gobierno de la Marea ha hecho su política, que no siempre ha sido coincidente con la del PSOE y por eso ha habido desencuentros y, aún en algún caso, estos se han producido entre personas, aunque a lo mejor si hubiese habido un planteamiento de ofrecimiento más participativo y menos dogmático por parte del Gobierno, no cabe duda que habría más encuentros que desencuentros.

Esta es la realidad, pues entiendo yo que pretender que se apoye a un Gobierno y sus propuestas por el simple hecho de ser, teóricamente, más afín, sin discutir la esencia de los programas, es ver las cosas del revés, a mi juicio, pues quien necesita gestionar y el apoyo es el Gobierno, no quien no tiene esa responsabilidad.

El PSOE ha sabido gobernar en coalición tanto en la Xunta como en el Ayuntamiento de A Coruña y lo ha hecho con eficacia, a mi entender. Luego quien tiene que demostrar que tiene ese talante para llegar a acuerdos con otros no es el Partido Socialista, pues ya lo tiene demostrado. Ahora bien, creerse en posesión de la verdad es dogmatismo y nos conduce a errores que indefectiblemente paga el pueblo; pueblo al que decimos representar y del que algunos se consideran como sus únicos representantes, sin darse cuenta de que hace años que el pueblo coruñés llegó a María Pita con sus ediles elegidos democráticamente y que estaban en permanente contacto con los ciudadanos escuchando sus propuestas y por ello estos los sentían como suyos.

En mi opinión, el Partido Socialista, que tiene un proyecto autónomo, deberá pactar con las Mareas siempre que se aproximen sus propuestas tanto en lo político como en lo ejecutivo, sin que ninguna pretenda ser impuesta. Esto no tiene que impedir seguir las políticas generales que marque la Ejecutiva Federal del partido, democráticamente elegida por los militantes.