Tras una noche de botellón, en la que los jóvenes celebraron Halloween, quedaron algunos desperfectos en la zona de los jardines de Méndez Núñez. No solo basura. Las agujas del reloj floral amanecieron, una vez más, rotas. El minutero no marcaba ningún número, sino que estaba levantado hacia el cielo sin moverse. Algunos turistas que paseaban ayer por el lugar no dudaron en fotografiar la gamberrada.