A dos meses de que termine el año y con el 1 de enero de 2018 como límite deseado para que el próximo presupuesto entre en vigor, el Gobierno de Marea y el grupo municipal del PSOE encaran con optimismo la fase determinante de las conversaciones en las que quedará definida la configuración de las cuentas. El planteamiento inicial de las propuestas socialistas quedará expuesto esta semana, según prevé el portavoz, José Manuel García, para quien las aportaciones que presente su grupo "no serán intensas" aunque tampoco "mínimas", sino más bien "ajustes" con los que elaborar un documento de consenso que repercuta en mejoras para la ciudad.

"El diálogo va bien. Hemos tenido reuniones por los convenios y por aspectos como la seguridad. Será más difícil tratar campos como el urbanismo y las infraestructuras. Ellos tienen una visión y nosotros otra, pero hay disposición a llegar a acuerdos", avanza García, que elude concretar propuestas propias que recoja el presupuesto y admite que hasta el momento no se han planteado cantidades específicas ni globales.

Una vez aprobadas de forma definitiva las ordenanzas fiscales con sus modificaciones para el próximo año, negociadas con los socialistas, el presupuesto es el siguiente reto común en el que trabajan el Gobierno local y el PSOE. "La ciudad está por delante, toca dejar aparcados los intereses partidistas", recalcó García en el pleno extraordinario de octubre en el que se ratificó la regulación de los impuestos municipales para justificar ante las críticas del PP su cambio de postura respecto al IBI que había reclamado rebajar los dos años anteriores y su línea de entendimiento con el Ejecutivo de Marea.

Con esta sintonía, los dos grupos han pactado desde junio cambios en el presupuesto de este año con la inclusión de propuestas socialistas, como apoyos y mejoras para entidades sociales. Para negociar las cuentas del próximo ejercicio la actitud de los grupos es la misma y con ella ambos pretenden que, al contrario que con el presupuesto de 2016 y 2017, el documento contable se apruebe el próximo 1 de enero en lugar de a mediados del mes de mayo.

Los dos meses que faltan para que acabe el año condicionan el calendario. Como el presupuesto aprobado inicialmente tras su paso por Junta de Gobierno Local deberá pasar por un periodo de 30 días de exposición pública para la formulación de posibles alegaciones, debería llegar por primera vez al pleno a mediados de noviembre, para que regrese un mes más tarde para su aprobación definitiva y entre en vigor el 1 de enero.

"Es prometedora la actitud del PSOE, que ensaya una vía de diálogo, cooperación y responsabilidad y pone la ciudad por delante", comentó el alcalde, Xulio Ferreiro, el mes pasado. El portavoz socialista avisa hoy, no obstante, de que esa relación precisa confianza: "Después estaremos vigilantes para que lo que acordemos se cumpla".