El Gobierno municipal prevé la celebración de una consulta pública por el futuro de los muelles pero "como un elemento más de participación, no como el único". "No hay que ser fetichista", respondió ayer el alcalde, Xulio Ferreiro, que indica que en el proceso participativo no tendrán voz "solo los vecinos, sino también el tejido social y económico de la ciudad".

Los servicios jurídicos del Concello elaboraron la pasada primavera un informe sobre cómo tendría que ser esta consulta popular sobre la fachada marítima, sostenida por una moción aprobada en el pleno ordinario de marzo. Para que tenga validez oficial, el Gobierno central tiene que dar su autorización, una vez que así se lo solicite una mayoría absoluta de la Corporación municipal. "Es un instrumento válido y útil que va a tener su función pero en un marco de participación mucho más amplio, de diálogo y construcción colectiva", manifestó ayer el alcalde en Radio Coruña.

Ferreiro entiende que en el proceso participativo tiene que estar presente el "tejido social y económico de la ciudad". "Creo que es importante en la definición de la fachada que contemos todos pero si queremos que San Diego sea un pulmón productivo de la ciudad vinculado a la economía del mar, la innovación y las nuevas tecnologías, es importante que haya empresas que apuesten por estar ahí y por tirar de ese carro", razonó el regidor para explicar que la participación tiene que ser "a múltiples niveles".

"Esa consulta puede ser un nivel más de participación, pero debemos ir a un proceso más amplio de diseño global de usos y de modelos", concluyó. El primer edil insistió en la fórmula del consorcio como "elemento de cooperación interadministrativa", que apoyó el pleno con una "amplísima mayoría".