Para Lume, la situación de las librerías de la ciudad es "en general buena", aunque con varios obstáculos en el futuro que prometen despertar más de una preocupación. Su encargada, Paula Veira, advierte en el panorama una "bajada en las ventas en relación a otros años", motivada por un problema de fondo: la pérdida progresiva de lectores. "La gente tiene otras prioridades. Los jóvenes leen menos, y los mayores también van dejando de leer", comenta la librera, que ve rayos de esperanza en el mantenimiento del relevo generacional.

La apertura de nuevas tiendas es, dice Veira, un motivo para no caer en el pesimismo, al igual que el papel que los libros juegan en el ámbito cultural. "Son fundamentales, y los hay para todos los bolsillos", explica, advirtiendo que "el principal reto" ahora es "captar a la gente".

Como la mayoría de las librerías, la de Lume trata de hacerlo a través de la programación de actos. La tarea se presenta "complicada" por el exceso de actividades ya existentes, especialmente para los más pequeños, uno de los públicos en los que Veira considera más importante despertar el amor a la lectura. "Son nuestro futuro", asegura la responsable de la tienda, que cree que las instituciones también deben contribuir al proceso de recuperación.

La librera agradece el apoyo que el Ayuntamiento les ha prestado este año, y espera que a él se sumen otras entidades: "El Concello está echando una mano, pero es pequeño. Desde otras instituciones se podría hacer mucho más, tendrían que promocionarnos".