Dos años y medio de cárcel. Esa es la condena que le impuso la magistrada de Juzgado de lo Penal número 5 de A Coruña a un hombre que asaltó a punta de cuchillo un supermercado de Os Mallos. El procesado, que cuenta con numerosos antecedentes penales por cometer delitos similares, entró en el establecimiento sobre las 16.30 horas del 13 de septiembre de 2014 y se dirigió hacia una de las cajeras. En cuanto estuvo frente a ella, esgrimió un cuchillo "de grandes dimensiones" y la conminó a que le entregase el dinero que contenía la caja registradora. La trabajadora, atemorizada, accedió a sus pretensiones, por lo que el asaltante logró apoderarse de 320 euros y darse a la fuga. La víctima no sufrió daños.

La juez considera probado en la sentencia que cuando sucedieron los hechos el sospechoso era dependiente del consumo de sustancias tóxicas, lo que afectaba a sus facultades volitivas. Por ello, tuvo en cuenta a la hora de dictar la pena la atenuante de toxicomanía. La titular de Penal 5 aplicó la agravante de reincidencia, pues el vecino de A Coruña había sido condenado por robos con violencia cometidos en la ciudad y en Ferrol.

El representante del Ministerio público demandaba en su escrito de calificación que el sospechoso, que tiene 35 años, fuese castigado con cinco años de cárcel, pero finalmente llegó a un acuerdo con la defensa antes de juicio. La vista oral no se celebró y la juez dictó sentencia oral en la sala después de que el acusado reconociese los hechos y se declarase culpable de un delito de robo con intimidación y uso de arma. Además de a dos años y medio de prisión, fue sentenciado a devolver al propietario del supermercado, situado en la calle Ramón Cabanillas, los 320 euros que sustrajo. Contra el fallo no cabe recurso porque fue dictado bajo la conformidad de todas las partes implicadas en el caso.

La titular del Juzgado de lo Penal número 4 de A Coruña impuso a principios de este mes dos años de cárcel al hombre que, armado con un cuchillo, robó en un supermercado situado en Monte Alto. El procesado accedió al interior del establecimiento, que ya estaba cerrado al público, sobre las nueve de la noche del 2 de mayo del año pasado. Una vez dentro, amenazó a una dependienta con el arma blanca. "Abre el cajón, no llames a nadie, no hagas ruido, no te quiero hacer daño", le espetó. La trabajadora, "amedrentada", obedeció sus órdenes, por lo que el imputado cogió los 178 euros que había en la caja y se dio a la fuga.