Diez años después de que se cubrieran sus fachadas con andamios y dos desde que se demolieron, los edificios del 29 al 31 de la plaza de España volverán a reconstruirse, aunque ahora para formar una sola edificación que albergará nueve viviendas y un bajo comercial. La Junta de Gobierno Local aprobará el viernes este proyecto, que será desarrollado por la inmobiliaria Altamira por encargo de la Sareb -el llamado banco malo- propietaria del solar desde que se lo transfirió Caja España durante la crisis bancaria.

La protección concedida a los antiguos edificios por el Plan Especial de Protección y Reforma Interior del casco histórico, que exige la conservación de sus elementos y características fundamentales obligará a respetar la anterior división de las fachadas en tres fragmentos en la nueva construcción que se levante a pesar de que en el interior sea una sola. El proyecto original para el inmueble pretendía unificar los forjados a lo largo de toda la fachada, lo que fue rechazado por el Concello, así como incorporar vidrio doble en las nuevas galerías, aunque en la propuesta definitiva se optó por su reconstrucción según el modelo original, manteniendo el tamaño, despiece y sección de sus piezas.

Para llevar a cabo esta labor se aprovecharán los elementos de piedra de las antiguas fachadas que fueron conservados durante la demolición, mientras que las antiguas galerías de madera tuvieron que ser desechadas a causa de su mal estado.

El aspecto exterior del edificio será similar al que tenían los tres demolidos, con excepción del aumento en una planta en los extremos, que también tendrá galería en la fachada. La quinta planta será un dúplex cuya parte alta se situará en el bajo cubierta. El presupuesto de la obra es de 1,2 millones de euros y el plazo fijado para su realización es de 36 meses.

La iniciativa que llevará a cabo Altamira -propiedad en un 85% del fondo de inversión Apollo y en un 15% del Banco Santander- supondrá la recuperación de la imagen tradicional de esta parte de la plaza de España tras una década en estado de abandono por la ruina de los antiguos inmuebles, ya que el interior del solar estuvo durante años lleno de suciedad y cascotes. La permanencia de andamios cubriendo las fachadas desde 2007, pese a que Caja España anunció durante su colocación que el derribo sería inmediato, hizo que la asociación de vecinos de Atochas-Monte Alto expresase su queja y reclamase su retirada, aunque esta operación no se efectuó hasta junio de 2015.

La entidad vecinal exigía la conservación de las fachadas, pero la Sareb argumentó que las galerías de madera y los balcones eran "irrecuperables", aunque sí pudo rescatar las piezas de cantería, que podrán ser recolocadas en la nueva edificación.