"Sorprendido y decepcionado" dijo sentirse ayer el alcalde, Xulio Ferreiro, al término del pleno extraordinario que debía aprobar el destino de 9,5 millones de euros procedentes del superávit municipal de 2016. Pese a la presentación de una enmienda a su propia propuesta por parte del Gobierno local, en la que se planteaba destinar dos millones de euros más sobre los 537.000 iniciales a amortizar deuda del Concello, los socialistas no dieron marcha atrás y votaron, al igual que el Partido Popular, en contra de la ampliación del presupuesto de este año. Los otros siete millones de euros se destinaban a obras e inversión.

La tensión entre Marea y PSOE se visualizó en los pasillos del Palacio Municipal al término de la sesión con una conversación entre el alcalde y el ayer portavoz socialista, José Manuel Dapena, en la que Ferreiro le dejó claro el malestar del Gobierno local por el sentido de su voto. El BNG apoyó el cambio después de que se retirara la inversión prevista para la planta de Nostián por entender que debe asumirla la concesionaria de la instalación.

Ferreiro declaró posteriormente que PP y PSOE "se aliaron una vez más para parar un paquete de inversiones para la ciudad de casi siete millones", una actitud que a su juicio "es muy difícil de justificar" con los argumentos expuestos por ambos grupos. El alcalde aseguró que estas formaciones trataron de "hacerle daño a Marea Atlántica", pero que en realidad se lo hicieron a la ciudad, lo que entendió como un "revés importante" porque lo que le interesa es "que se puedan hacer cosas en la ciudad".

Para Ferreiro, la decisión adoptada por los socialistas "tiene poco que ver con lo que se estaba discutiendo en el pleno", sino con "otras cosas". Al ser preguntado si se refería a cuestiones internas del PSOE, contestó con un lacónico: "No sé, supongo". También el portavoz socialista, José Manuel García, uno de los tres ediles de su grupo ausente ayer del pleno, aludió tras la sesión a motivos ocultos para explicar la conducta del Gobierno local sobre esta iniciativa en los últimos días. "Algo pasó, si tiene algo que ver con el presupuesto no lo sé", manifestó sobre las duras críticas a su grupo que ya en los días previos se lanzaban en las redes sociales por miembros de Marea Atlántica.

Ferreiro explicó que había llevado este asunto a la Junta de Gobierno Local con la "convicción de que estaban sentadas las bases del acuerdo", pero que el martes el PSOE se desmarcó al exigir que la mitad del superávit se dedicase a amortizar deuda. La negativa de los socialistas a dar marcha atrás en esta exigencia durante el miércoles llevó al regidor a adoptar una iniciativa insólita: presentar una enmienda a su propuesta al inicio del pleno que elevaba hasta 2,5 millones la cantidad destinada a pagar deuda municipal. Para ello planteó reducir a la mitad la partida para la adquisición de licencias de programas informáticos y suprimir la inversión de 1,8 millones de euros prevista para mejorar la planta de Nostián.

Este movimiento de última hora hizo necesario un receso en el pleno para que los grupos estudiaran la enmienda, lo que derivó en una conversación en los escaños entre el alcalde y el ayer portavoz socialista, José Manuel Dapena. Pero al reinicio de la sesión el PSOE no cambió su postura y reiteró su exigencia de que la mitad del superávit fuese dirigido a rebajar la deuda.

Las intervenciones que se sucedieron a lo largo de la sesión fueron una sucesión de reproches entre los grupos sobre sus respectivas posturas, aunque Marea y BNG hicieron frente común al afear a los socialistas que apostasen por la reducción de la deuda. "No comprendo su propuesta de amortizar la deuda", manifestó la nacionalista Avia Veira a Dapena, a quien solicitó que refiriese las inversiones incluidas en la ampliación del presupuesto que proponía eliminar.

La edil de Facenda, Eugenia Vieito, recordó a los socialistas que fueron ellos quienes promovieron la aprobación en febrero en el Congreso de una moción que instaba al Gobierno central a permitir a los ayuntamientos dedicar a inversiones los superávits obtenidos con su gestión. La concejal defendió que la deuda del Concello no es excesiva y que, al ser ahora los intereses bancarios negativos, sería "antieconómico" dedicar más recursos a este fin. Vieito calificó la deuda viva municipal "la más baja" de los últimos diez años, ya que era de 86 millones al inicio del mandato y acabará por debajo de 68 millones este año.

El portavoz socialista en el pleno expresó la necesidad de que la propuesta del Gobierno local se negociase antes de llegar al pleno, para lo que recordó que su grupo ya había aprobado otras nueve modificaciones presupuestarias y tres del IMCE este año. Dapena se escudó en que el superávit existente se debe a que el Concello "no fue capaz de gastar" y argumentó que "cuando se recauda más de lo que se gasta, es recomendable pagar deuda", al tiempo que propuso incluir en el presupuesto de 2018 las inversiones que debieran eliminarse de la ampliación del actual para incluir la propuesta socialista.

Aplazamiento

Tras el pleno, su compañero de filas, José Manuel García, señaló que esta semana había propuesto al alcalde aplazar la sesión al próximo lunes para hacer posible una negociación y que le había planteado la posibilidad de pasar a las cuentas del próximo año algunas de las inversiones proyectadas, a lo que aseguró que Ferreiro se negó. Pese a su rechazo a esta ampliación del presupuesto, estimó que "hay tiempo" para llevar otra al pleno antes de fin de año.

"Hoy se superó", le espetó al alcalde la portavoz del PP, Rosa Gallego, por la presentación del Gobierno local de una enmienda a su propio proyecto al comienzo del pleno, iniciativa que calificó de "cachondeo". Gallego desgranó la gestión económica de Marea para acabar denominando a Ferreiro de "rey de la deslealtad, la inejecución presupuestaria, los morosos, las facturas irregulares, el endeudamiento, los impuestazos, el paro y el despilfarro".

Acusó al alcalde de dejar sin gastar este año la mitad del presupuesto y 43 millones de inversiones y criticó la inclusión de dos millones para la planta de Nostián, al considerar que es la concesionaria quien debe financiar las obras.