Dos de los monumentos más destacados de los jardines de Méndez Núñez, los de Concepción Arenal y Daniel Carballo, fueron objeto de una restauración por parte del Concello a finales del año pasado ante el mal estado de conservación en el que se hallaban. Pero un examen del resto de los elementos que están repartidos por la zona verde permitió descubrir que también existen deficiencias en muchos de ellos, por lo que el Gobierno local encargó un estudio para conocer su estado.

El informe considera necesaria la intervención en quince monumentos mediante unos trabajos que presupuesta en 99.000 euros y cuya duración debe ser de tres meses y medio. A la necesidad de recuperar los monumentos se añade que una de las propuestas más apoyadas en los presupuestos participativos del año pasado fue la de reparar el mobiliario urbano de Méndez Núñez, lo que animó al Gobierno local a poner en marcha un proyecto para rehabilitar las estatuas y bustos de este mismo lugar que será contratado en los próximos días mediante un procedimiento negociado.

Diez de los monumentos están catalogados por sus valores artísticos o históricos, circunstancia que afecta a los de Curros Enríquez, Emilia Pardo Bazán, Aureliano Linares Rivas, Manuel Murguía, Eduardo Pondal, Fernández Latorre, Enrique Hervada, Año Internacional del Niño y tres fuentes de piedra. A ellos se suman otros cinco que carecen de este nivel de protección que proporciona el plan general de la ciudad, los de Daniel Rodríguez Castelao, Ramón María de Valle e Inclán, Wenceslao Fernández Flórez y Alfredo Suárez Ferrín.

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Monumentos de A Coruña pasan por el taller

La memoria del pliego de condiciones de este contrato señala que los daños que sufren los monumentos se deben a la falta de mantenimiento periódico y que el de Linares Rivas, situado en el centro de los jardines de La Rosaleda, es el que padece mayores daños al hallarse más expuesto que el resto a los agentes atmosféricos y a la contaminación. Pero también perjudica a los monumentos su proximidad a las zonas arboladas, según este informe, ya que esta vegetación en muchos casos también constituye el marco en el que se inscriben las estatuas y bustos, pero su ubicación a corta distancia de ellos les causa alteraciones físicas y químicas, según el informe municipal.

El proyecto de restauración se fija como objetivo la estabilización de los monumentos mediante trabajos de limpieza y consolidación, de forma que se mejoren las condiciones de los materiales con que están realizados y se detenga, en la medida de lo posible, el proceso de deterioro que padecen. El conjunto escultórico en homenaje a Aureliano Linares Rivas es una muestra de los males que aquejan a los diferentes monumentos de Méndez Núñez, ya que está afectado por agentes naturales, como el musgo y la acción del agua, además de por la mano del hombre mediante ataques vandálicos, ya que uno de los pináculos existentes en cada uno de los ángulos de la base octogonal ajardinada del monumento ha sido arrancado.

Otra de las estatuas, la de Emilia Pardo Bazán, no es la original, que había sido construida en piedra caliza y se hallaba muy deteriorada, por lo que en 2007 se elaboró una réplica en bronce que es la que ahora se halla en los jardines, mientras que la primera se depositó en los almacenes municipales. Otro de los monumentos, el dedicado al Año Internacional del Niño, también fue víctima de un ataque en el que se robó la figura de un recién nacido que ocupa el centro del conjunto. Su color doradodebió hacer creer a quien la sustrajo que era una pieza valiosa y después fue sustituida por otra de tono oscuro.