Una cajera de unos grandes almacenes aceptó ser condenada al pago de una multa de 900 euros por quitar las alarmas a productos que costaban 1.891 euros para facilitar que dos hombres los robasen. Los dos ladrones, quienes fueron sentenciados a la misma pena como autores de un delito de hurto, accedieron al establecimiento a las 20.00 horas del 5 de enero de 2014, el día antes de Reyes. Una vez en el interior, introdujeron en el carro la mercancía, entre la que figuraban televisores, zapatos de caballero, tablets, una consola, juegos y cremas. Los procesados pasaron por caja con los productos sin abonar su importe después de que la cajera les quitase las alarmas. Los acusados los entregaron voluntariamente al día siguiente de los hechos.