Los informes proporcionados por la Abogacía del Estado y la Secretaría General de la Autoridad Portuaria -responsable de su asesoría jurídica- llevan al presidente de este organismo, Enrique Losada, a optar por no incluir fondos en su presupuesto para hacer frente a la exigencia de 1,4 millones de euros presentada por Copasa por las obras del túnel de O Parrote, al considerar que no tendrá que abonar esa cantidad. La constructora disiente del coste definitivo de la ejecución de esa infraestructura, por lo que presentó en junio del año pasado una reclamación que fue desestimada por el Puerto a finales de ese ejercicio.

La compañía planteó el pasado mes de enero un recurso de reposición ante el mismo organismo que fue igualmente rechazado, tras lo que formuló un recurso en uno de los juzgados de lo Contencioso-Administrativo. Según figura en las cuentas de la Autoridad Portuaria de 2016, la presidencia y la dirección de esa institución estiman "poco probable la salida de recursos" a causa de la reclamación efectuada por Copasa, por lo que decidieron no destinar provisiones presupuestarias para el caso en que los tribunales dieran la razón a la empresa.

La construcción del túnel y el aparcamiento subterráneo de O Parrote fue adjudicada a Copasa en 2012 con un presupuesto de 14 millones de euros. La Xunta financió la mayor parte de la obra del vial al aportar 12 millones, mientras que el Concello entregó el resto. La constructora debía costear por su parte el estacionamiento mediante el alquiler de las plazas.

Una vez adjudicados los trabajos, se cambió el proyecto inicial sin variar el presupuesto, pero al presentar la certificación final de las obras en diciembre de 2015, la constructora expresó su disconformidad con el coste establecido por la Autoridad Portuaria, por lo que efectuó una reclamación por valor de 1,4 millones de euros. Esa iniciativa tiene como base la existencia de "diferencias sustanciales" sobre los criterios mediante los que se abonaron una parte de los trabajos que fueron realizados en el túnel, además de por las "valoraciones contradictorias" sobre las obras que no figuraban en el proyecto que fue adjudicado.

Copasa argumentó entonces que las discrepancias sobre la cantidad definitiva que debe recibir tienen su origen en las decisiones que tomó la dirección de la obra durante su ejecución, para lo que recordó que esa labor no fue desempeñada por la empresa, aunque la Autoridad Portuaria rechazó estas explicaciones al poner de manifiesto que el proyecto del túnel fue redactado por la propia constructora y que la dirección de los trabajos se desempeñó "bajo su responsabilidad".

Otra de las razones expuestas por el organismo para oponerse a las exigencias de la empresa fue que el pliego de condiciones del concurso que adjudicó las obras detalla que su desarrollo "se ajustará a lo especificado en el proyecto presentado" y que además se efectuará "bajo el exclusivo riesgo y responsabilidad del concesionario".

Copasa concluyó el aparcamiento en junio de 2014, aunque el túnel tuvo que esperar para funcionar a la construcción del de la Marina y la remodelación del de María Pita, con los que estaba previsto su enlace. Esos trabajos finalizaron en mayo de 2015, pero la aparición de filtraciones de agua en el punto donde debían conectar los túneles de la Marina y O Parrote, así como la exigencia por el Concello que se subsanaran deficiencias que apreció en la obra hizo que la apertura del último se retrasara hasta abril de 2016.

Una vez en servicio, tuvo que ser cerrado por la filtración de agua del mar bajo el pavimento que causó abombamientos en el asfalto y que tuvieron que ser eliminados.