En Música, el arte impresionista fue una corriente artística tan bella y delicada como efímera; aunque -eso sí- han permanecido en el repertorio universal los frutos del trabajo de dos grandes compositores franceses, paradigmas de la mencionada tendencia: Debussy y Ravel. La idea de unir en un concierto los únicos cuartetos que ambos escribieron -obras de juventud, siendo el segundo un homenaje al primero- ha sido una inteligente idea de la agrupación Artemis Ensemble. Este grupo, de estructura flexible, ha asumido desde el primer momento la realización gratuita de conciertos benéficos. Con ello, se unen dos sensibilidades que definen a nuestra ciudad: la filantropía y la música. El concierto del pasado miércoles fue muy hermoso ya que las dos obras están escritas en un lenguaje avanzado que no desdeña ni la tonalidad ni la melodía. En este sentido, el Impresionismo se opone al Expresionismo, más propio del ámbito germánico. Notable versión del Cuarteto de Debussy con un momento muy especial en el maravilloso tercer tiempo, donde se extrema la suavidad y la delicadeza de la sonoridad mediante un planteamiento dinámico muy contenido. También destacó el tercer tiempo en Ravel; el conjunto Artemis tradujo ese ambiente feérico que ya anticipa el de El jardín encantado con que finaliza esa obra maravillosa que es Ma mère l'Oye.