Cada año, cuando llegaba el final de curso, Sergio Couso siempre regresaba a casa con muy buenas notas. Pasó el tiempo pero la historia nunca cambió. "Soy buen estudiante", reconoce tímidamente. Hizo un muy buen Bachillerato en el instituto Ánxel Fole de Lugo, pues desde que empezó aquel septiembre de 2016 se propuso "sacar la mejor nota posible".

Se decantó por las letras, y la Filología siempre estuvo en el horizonte. "No tenía muchas más opciones que me gustaran así que tenía claro que quería hacer Filología. No sabía exactamente cuál hasta que me decanté por Español y Galego-Portugués", cuenta. No se vio presionado nunca, ni por sus compañeros ni por su familia. Se sintió libre a la hora de tomar la decisión y hoy en día está encantado. "Pensé que iba a haber más diferencias entre la carrera y la universidad pero la verdad es que lo llevo bien", declara. Sergio Couso explica que "siguen mandando deberes y controlando si vas o no a clase", lo que hace que el cambio no sea tan drástico. "En ese sentido, es todo muy parecido", opina.

El joven ha sido premiado por la UDC, un reconocimiento que le parece "importante y positivo", aunque él cambiaría ciertos aspectos a la hora de repartir las ayudas._"Yo lo plantearía de otra forma porque sólo se da un premio por carrera. Quizá se podría encontrar otra manera de premiar a los mejores alumnos aunque después estudiasen lo mismo en la universidad", propone. Para Couso sería mejor que se "repartiese por nota en general y no por carreras". De todos modos, reconoce que "es complicado" controlarlo.

Dejando a un lado el procedimiento, para este estudiante de Filología es "muy positivo" que existan estas distinciones. "Hay muchísimo esfuerzo detrás y no está de más reconocerlo", destaca. Él lo ha conseguido. Después de dos años de mucho estudio y presión, logró su objetivo, alcanzar una de las mejores notas aunque no la necesitase para acceder a la carrera universitaria.