La Comandancia de Obras acumula décadas de espera para volver a ser utilizada. Un proyecto de recuperación recuperación descartado, una licitación para su rehabilitación paralizada, después retomadarehabilitación y todavía sin adjudicar y una ocupación ilegal que dura más de un año han activado desde 2014 los planes y la actividad en torno a las antiguas instalaciones militares de la avenida del Metrosidero, pero el complejo permanece cerrado al ciudadano. La pretensión del Gobierno local de habilitar en la parcela un centro polivalente para los jóvenes, que detallará hoy la concejala de Participación, Claudia Delso, devuelve a Comandancia la esperanza de su reutilización.

Cuando el Gobierno municipal del PP anunció a comienzos de 2014 que proyectaba convertir el abandonado complejo militar que medio año antes le había cedido Defensa en un centro destinado al diseño y la creación (Cidea), se abrió una vía hacia su recuperación. El entonces alcalde, Carlos Negreira, anunció varias veces la licitación de la primera fase de los trabajos, pero el Ayuntamiento no la llegó a convocar y se decantó por un concurso de ideas para la adecuación del espacio a usos docentes y culturales.

Aquel camino se cerró con el cambio de Ejecutivo, ya que Marea descartó aquellos planes. A finales de 2015 se oponía a la creación del Cidea y apostaba por una instalación vinculada al diseño y la ilustración. Un año y medio después anunciaba su preferencia por un equipamiento público que no llegó a concretar, ya que al mismo tiempo trataba de definir los usos que le daría a otro edificio cedido temporalmente por el Estado, la antigua cárcel provincial. Ahora piensa en un recinto plural, diverso e inclusivo para la juventud, colectivo al que considera "de los más golpeados por la crisis y olvidados por las políticas locales y autonómicas durante lustros", argumenta.

Este proyecto municipal está de momento condicionado por la adjudicación de la reforma del edificio y por la okupación de las instalaciones, que abarcan una superficie total de 5.000 metros cuadrados. Fomento licitó en noviembre de 2015 la rehabilitación de parte de las naves intramuros por 1,3 millones de euros, pero paralizó el proceso de contratación cinco meses después por un problema administrativo en los pliegues del concurso. El Ministerio retomó la licitación en marzo de este año con la misma consignación presupuestaria y un plazo máximo de ejecución de 16 meses, pero aún no ha adjudicado las obras. Al Concello le tocará recuperar otras naves, una de ellas la que declaró en ruina y tuvo que derribar porque Defensa desoía sus órdenes de demolición.

Los okupas llevan instalados en el recinto de Comandancia desde noviembre del año pasado. Constituyen el colectivo social y cultural A Insumisa y los intentos del Concello en los últimos meses por pactar su salida del lugar no han dado resultado. Se desconoce si se ha llegado finalmente a algún acuerdo en vista de la futura reforma previa a la habilitación del complejo como centro para los jóvenes.

El Concello es el encargado del mantenimiento, la conservación y la custodia del recinto, que sigue siendo propiedad de Defensa. Este Ministerio denunció el año pasado la okupación tras el anuncio de una fiesta de Fin de Año en el interior del complejo, pero un juzgado de instrucción coruñés decretó que no existe un delito de usurpación porque tanto el Estado como el Ayuntamiento toleran la permanencia del colectivo.