- ¿Por qué decidió emprender?

-Mi socia y yo teníamos un trabajo fijo que no era gratificante y llegamos a un punto en el que pensamos en qué cosas nos gustarían hacer. A las dos nos gustan las pelis, las series, los libros. Y cuando nos íbamos de vacaciones veíamos que funcionaban muy bien las tiendas para fans, que aquí no había. Aquí solo podíamos comprar esas cosas online.

- ¿Qué paso fue el más difícil?

-Lo que más miedo da es dar el paso. Tengo algo seguro a fin de mes, aunque sea algo que no me gusta, y paso a algo que me gusta mucho y que es un riesgo. Nadie te asegura que vayas a llegar a fin de mes.

- ¿Cómo valora estos dos años?

-Las responsabilidades son muy diferentes, pero los días son mucho más satisfactorios, te lo pasas mucho mejor. Lo que pasamos es de tener un trabajo en el que lo que más escuchabas eran gritos a tener un trabajo en el que la gente entra contenta y se va contenta. O incluso más contenta de lo que llegó. Eso es una suerte.

- ¿Qué les costó más una vez abierta la tienda?

-Nos costó aprender a organizarnos porque ninguna de las dos habíamos tenido un negocio propio ni teníamos experiencia en trabajar en un comercio. Fue entrar en un mundo nuevo totalmente diferente. Es un reto todos los días adivinar cuándo tienes que comprar qué y dónde. Tratar de averiguar cuál de las cuarenta cosas nuevas que van a salir el mes que viene va a gustar más o menos. Es divertido porque siempre tienes una excusa para ver películas y series nuevas o leer libros nuevos.

- ¿Qué diferencia su negocio de otros que tienen productos similares?

-Lo que más tenemos es Harry Potter, pero también tenemos de series clásicas que no hay en otros sitios, como Supernatural, Doctor Who o El Señor de los Anillos.