El libro Meirás, un pazo, un caudillo, un espolio, de los historiadores Carlos Babío y Manuel Pérez Lorenzo, revela que la adquisición de la Casa Cornide para que pasase a manos de la familia Franco y, de este modo, su mujer, Carmen Polo, pudiese cumplir su deseo de tener una residencia en el centro de la ciudad, responde a una operación orquestada. Es por ello por lo que el BNG presentará en el próximo pleno, que se celebrará el lunes, 8 de enero, una moción en la que solicitará el apoyo de la Corporación municipal para pedir a Xunta y Estado que realicen "todas las acciones necesarias" para que la Casa Cornide, una vez que ha fallecido la hija del dictador, Carmen Franco, pase a ser patrimonio público. Esto implica impedir que este singular edificio siga en manos de la familia del golpista, es decir, que no entre en el derecho de sucesión.

La portavoz nacionalista, Avia Veira, solicitará también apoyo para pedir que tanto el Estado como la Xunta velen por "la correcta tributación" de los impuestos derivados del cambio de manos de la herencia de los Franco.

"El espolio de la Casa Cornide está clara y debidamente documentado: existió una trama, en la que intervinieron el Concello de A Coruña, el Ministerio de Hacienda, el Ministerio de Educación y la Casa Civil del Caudillo para enmascarar como subasta un auténtico espolio en beneficio de Carmen Polo, que deseaba una casa en plena Ciudad Vieja. Es hora ya de que se devuelva a la ciudad y se reintegre al patrimonio de todas las coruñesas y coruñeses", declaró ayer la portavoz nacionalista.

Y es que, los historiadores cuentan que el proceso de adquisición del inmueble tuvo cuatro pasos clave para conseguir que este edificio pasase a integrar el patrimonio de los Franco. El primero lo dio el Ayuntamiento de A Coruña, que adquirió el inmueble mediante permuta -a pesar de que ya había sido propietario de la Casa porque había sido la sede del Ayuntamiento- por otro terreno que pasó a ser titularidad del Estado, y, en 1962 lo saca a subasta, el banquero Pedro Barrié de la Maza puja por él 305.000 pesetas y se lo queda. A la subasta solo se presenta con una oferta más baja, otro candidato, el falangista José Luis Amor.

Acto seguido, manifiesta su deseo de transferírselo a Carmen Polo no sin antes solicitarle al Concello que le "liberase" de algunas de las limitaciones recogidas en el pliego de la subasta, como que no se pudiesen realizar obras sin la autorización municipal o que el adjudicatario del inmueble no pudiese enajenar la finca durante los diez años siguientes a su adquisición.

Las propuestas pasaron por el pleno de la ciudad y fueron aceptadas, por lo que, Carmen Polo consiguió convertirse en propietaria de la Casa Cornide y librarse así de las "molestias" que le originaba abrir el pazo de Meirás cuando iba a pasar unos días a la ciudad, según relata el secretario de la Casa Civil, Ricardo Catoira, en una carta enviada al subsecretario de Hacienda, el 1 de agosto de 1962, un día antes de que se produjese la puja del inmueble.