La Policía Local de A Coruña intensificará su labor de prevención de atropellos en el casco urbano pese a la disminución en un 26% del número de estos accidentes durante 2017, según refleja el avance de la memoria anual de este cuerpo. Frente a los 142 siniestros de este tipo contabilizados en 2016, el año pasado cayeron hasta los 105, aunque esta cifra es todavía más destacable al compararla con 2014, en el que se alcanzaron los 167 atropellos. "Uno de nuestros objetivos era reducir el número de atropellos y se ha conseguido, pero estamos trabajando para que siga así", señala José Manuel Rico, inspector principal de la Policía Local, quien advierte de que el volumen de atropellos en A Coruña "no era muy elevado pero sí significativo sobre el número total de accidentes".

"No podemos darnos por satisfechos", comenta Rico sobre el notable descenso de estos siniestros, que cree posible reducir más "si prosperan reformas legislativas para el calmado del tráfico urbano y de otro tipo". En esta clase de accidente intervienen "factores variopintos", entre los que cita la visibilidad, cruzar por lugares inadecuados y la edad avanzada de los peatones.

Las personas mayores, al igual que los niños, son el objetivo de campañas educativas de la Policía Local, según recuerda Rico, quien destaca que hay peatones de esta edad "que cruzan sin fijarse absolutamente en ninguna circunstancia porque piensan que tiene prioridad absoluta", pese a que en esos accidentes interviene tanto la atención que presta el conductor como la del peatón. El inspector principal explica que este grupo de edad es uno de los que recibe especial atención de la Policía Local porque estos peatones "creen que los conductores tienen la obligación de parar independientemente de cómo esté el semáforo" y que, aunque hay vías en las que a los vehículos les da tiempo a parar, "en otras la aparición súbita de un peatón tiene consecuencias nefastas".

El descenso de visibilidad en los meses invernales a causa de la existencia de menos horas de luz y del mal tiempo no guarda relación con la distribución de los atropellos a lo largo del año, ya que aunque enero y diciembre fueron los meses en los que hubo más en 2017, con 14 y 12 respectivamente, en julio y abril hubo 11, por lo que Rico cree necesario analizar las horas en las que ocurrieron y las edades de los atropellados para saber en qué aspectos debe incidir la Policía Local para prevenir estos accidentes.

Los tres muertos en siniestros de tráfico en la ciudad el año pasado se deben, según este mando policial, a "circunstancias puntuales", ya que es la cifra más alta desde 2013. Rico recuerda que los accidentes mortales de Monelos y General Rubín ocurrieron de noche y en vías en las que no puede haber mucha velocidad porque en el primer caso es un tramo ascendente y en el segundo un giro de noventa grados de un autobús. También destaca que en el de Monelos el peatón acababa de bajar de un autobús y pudo no haber sido visto, mientras que en General Rubín la atropellada cruzaba la calzada durante el giro de un autobús. En ambos casos era de noche, aunque Rico considera que la visibilidad de la vía "era correcta, pero otra cosa es la que tenga el conductor del peatón".

La Policía Local aún no dispone de los datos sobre las pruebas de alcoholemia de 2017, aunque la tendencia es que las positivas disminuyan, según Rico, quien aprecia que en las zonas de copas "se ve que la gente coge taxis o va andando". Se constata sin embargo el consumo de estupefacientes, aunque es posible que se deba a que muchas personas aún no saben que se hacen controles de estas sustancias.