Empezó a componer en su infancia, y desde entonces no se ha detenido. Krzysztof Penderecki, considerado uno de los mejores creadores musicales de la actualidad, se pone al frente de la Sinfónica de Galicia para dirigir un concierto de temas propios en el Palacio de la Ópera. A partir de las 20.30 horas, el polaco repasará piezas de distintas etapas de su producción, de la que habla junto a su esposa, Elzbieta Penderecka. Elzbieta Penderecka

- Más de 70 años componiendo. ¿Cómo se mantiene un ritmo así?

-Creo que lo importantes es que amo lo que hago. No puedo encontrar nada que sea más maravilloso para mí que escribir música, nada que me dé el mismo sentimiento. Es mi vida. Empecé en ella muy temprano, tendría a lo mejor diez años y ya estaba componiendo.

- Fueron unos inicios enmarcados en la posguerra, un periodo difícil.

-Eran tiempos muy complicados pero, cuando tienes 6 o 10 años, no los vives igual que si tuvieras 40 o 50. Yo tuve una vida fácil, fui feliz.

- Se formó en la música clásica, pero se hizo famoso por su estilo experimental. ¿Qué representan para usted ahora piezas como su Polymorphia ?

-Yo he creído en cada cosa que he hecho en mi vida. También en la música electrónica, cuando la estaba escribiendo. Es una música que sobrevive, incluso aunque haya sido escrita hace 50 años.

-Elzbieta Penderecka: Te diré una cosa sobre Polymorphia. Jonny Greendwood, de Radiohead, vino a ver a mi marido. Vino a nuestra casa y dijo: "Si yo no hubiese conocido la música de Penderecki, no sería músico". Compartieron un concierto al aire libre en Londres, en el que hubo 5.000 espectadores, entre ellos muchos jóvenes. Después, Greendwood escribió una variación de Polymorphia. Hay muchos músicos que han estado bajo la influencia de la música más temprana de mi marido. Sus piezas de hace 60 años son tan frescas ahora como lo eran entonces.

- Pero es un estilo que ha abandonado.

-Trato de ser independiente. Incluso en el periodo más experimental, a finales de los 50, estaba escribiendo una música diferente a la de mis coetáneos. No tuve muchos, porque en aquel tiempo estaba viviendo en una pequeña ciudad en Polonia, completamente aislado de la música del oeste. Ni siquiera podía viajar, porque no me daban el pasaporte. Así que desarrollé algo que me sigue gustando ahora, también esa música que escribí hace 50 años. Sigo considerándola mi música. No es solo algo experimental.

- ¿Cómo cree que su trabajo ha hecho progresar la música?

-Creo que he encontrado un lenguaje musical que es absolutamente mío. Puedes reconocer mi música. Sabes que es de Penderecki, no de otro compositor. Poder transmitir algo tan personal es muy importante.

- Para componer se inspira en la naturaleza. ¿Cómo la relaciona con la música en su proceso de trabajo?

-Esa relación es muy difícil de definir. Yo planté una gran colección de árboles en 20 o 30 hectáreas, de diferentes especies. Y ese es mi orgullo. Caminando en el parque que planté 45 años atrás, siento que he hecho algo importante en mi vida. No solo con la música, también con los árboles.

- Esta tarde dirigirá su Concierto para violonchelo número 2 , un estreno nacional.

-Esta es una pieza muy importante, porque fue escrita para Mstislav Rostropovich. Lo conocí en Moscú y estuve fascinado por su modo de interpretar. Me pidió que escribiera para él un concierto y lo hice. Tuve una relación muy larga y cercana con Rostropovich, fue un buen amigo. Aprendí mucho de él.

- Dice que ya no hay grandes compositores. ¿Qué echa en falta en la creación musical de hoy?

-Grandes talentos. Eso es. No conozco a ningún compositor al que admire. Hoy no hay creadores realmente importantes.