Libros de arquitectura. Un edredón. Un chaleco. Unos prismáticos. Incluso un cortacésped. Cualquier artículo puede encontrar en nuevo uso en Cousateca, una "biblioteca de cosas" que funciona como un Wallapop ciudadano, esto es, sin un interés económico detrás de las transacciones.

El objetivo de este proyecto, ya activo a través de la web http://cousateca.info, es fomentar otro modelo de consumo entre la ciudadanía. "Recuperar la idea del intercambio", resume Manuel Cebral, uno de los promotores de la iniciativa.

A diferencia de otras plataformas online, la Cousateca descarta la contraprestación pecuniaria como pago por los objetos que cambian de manos.

En esta nueva forma de consumir se intercambia, se presta o se regala. En el primer caso los usuarios canjean un objeto por otro; en el segundo el pago por el préstamo es algo inmaterial, como una conversación; en el regalo la única recompensa para el prestador del objeto es una mejora en su "reputación digital", otro de los elementos distintivos de esta plataforma.

Lo que busca Cousateca es darle una nueva utilidad a esos objetos que a menudo acumulamos sin uso en nuestras viviendas, al tiempo que se fortalecen las relaciones comunitarias. Por eso, en caso de disputa por una de las transacciones, antes de judicializar el problema la propuesta de la plataforma es acudir al diálogo y la mediación de la comunidad.

En esta primera fase la iniciativa ha funcionado bien entre determinados colectivos como la cooperativa de consumo Zocamiñoca, pero el reto a medio plazo, señala Cebral, es "acercar la herramienta a más colectivos con necesidades comunes" para poco a poco lograr transformar el modo en el que la ciudad consume.