La ilustradora María Álvarez Hortas, conocida como Yupiyeyo, es de las que espera ansiosa el Carnaval y prepara su disfraz para salir a la calle. Esta vez, además de elegir a qué personaje de ficción imitará, ha sido la encargada de crear los cuatro carteles del Entroido 2018. A través de ellos, envía mensajes de su visión de la sociedad y del espíritu de esta celebración. Con la reaparición de un cura, similar al que el año pasado molestó a la Asociación de Viudas de Lugo, solo quiere "demostrar que las figuras eclesiásticas son tradicionales en el Carnaval gallego".

- ¿Cómo llegó la oportunidad de crear los carteles de Carnaval?

-Estoy dentro de la guía de ilustradores Coruña Gráfica, y es política del Concello tirar de ahí. Además, participé en la última muestra de humor gráfico de A Coruña y creyeron que podía encajar bien ese tono humorístico con la temática del Carnaval.

- Tuvo que idear cuatro carteles, ¿qué buscaba en cada uno?

-Yo lo pensé por temáticas. Que luego quedase dividido en franjas de edad es más casual. Tenía claro que quería hacer carteles de temáticas distintas con un público objetivo diferente. Quería que uno de ellos fuese sobre tradición, que es el entierro de la sardina, y otro de política, porque es el tema recurrente en Carnaval ya que mucha gente se disfraza de políticos.

- Luego encontramos otro de cantantes.

-Más que cantantes son drag queens. Este se me ocurrió porque hay muchos hombres que se disfrazan de mujeres, pero van un poco de mamarrachos, ridiculizando la figura de la mujer. Así le doy una perspectiva distinta. Hay transformistas que se visten de mujeres sin caer en el ridículo. La figura de los drag queen, además, está conectada con el Carnaval, por ejemplo, en las Islas Canarias. Me parecía una temática de visibilidad y diversidad sexual muy interesante.

- En el cuarto cartel podemos ver personajes de series y películas, ¿cuál es el mensaje?

-Este está más enfocado a la infancia y la juventud. Por los referentes para los niños, que siempre son héroes masculinos. Hice un cartel con heroínas. Para romper esa dinámica de Spiderman, Superman, Batman? Todo está inundado de personajes masculinos. Las niñas, en vez de disfrazarse de princesas, pueden tener otros referentes.

- No falta la figura religiosa, como en el cartel del año pasado. ¿Qué reivindica?

-Nada. Solo quería restarle importancia a la polémica que hubo el año pasado. Para mí fue una decisión desafortunada la de llevar a los tribunales al concejal de Culturas [José Manuel Sande fue imputado, pero la juez archivó después la denuncia de la presidenta de las viudas de Lugo] y creo que no hubo tanta polémica como pareció. Se infló mucho a nivel mediático pero a nivel de ciudadanía la gente no le da tanta importancia. Con esto quiero demostrar que las figuras eclesiásticas son tradicionales en el Carnaval gallego.

- ¿Y cómo definiría usted la fiesta del Carnaval?

-Para mí, el Carnaval va por un lado de homenajear, porque te disfrazas de algo que te gusta, o de criticar a través de la sátira y la parodia. Sin más.

- Por la calle se pueden ver todo tipo de disfraces, ¿es una especie de resumen del año?

-Claro. La gente toma referencias de lo más destacado a nivel de política, de actualidad, de sociedad, de cultura... Simplemente es una visión personal.

- ¿Qué opina de los que se sienten ofendidos por determinados atuendos?

-Darle demasiadas vueltas no es el camino. Hay que tomarse las cosas con humor y pensar hasta qué punto un disfraz es ofensivo. Es una fiesta irreverente. Ese es el espíritu. Luego viene la cuaresma, digamos que después hay que recogerse. La gente históricamente utilizaba el Carnaval para desfasar porque después hay que portarse bien. Es un ambiente festivo, de excesos. Además, la parte gastronómica en Galicia es muy importante.

- ¿Usted es de las que se disfraza?

-Si, me disfrazo todos los años. Pero casi nunca desde la parodia, siempre desde el homenaje. Me gusta disfrazarme de personajes de ficción, aunque no demasiado conocidos.