A la mediación judicial le costó arrancar en A Coruña. En sus dos primeros años apenas fueron tramitados siete expedientes. Otros trece en 2015. Pero desde 2016, cuando el servicio de mediación del Colegio de Abogados de A Coruña recibió 120 expedientes, la cifra no ha parado de crecer. El pasado año alcanzó ya los 229 casos tramitados. Más allá de los números, subrayan los especialistas, el objetivo es que esta "cultura" para la resolución de conflictos vaya calando en la sociedad: "Un acuerdo que puedan construir las dos partes siempre será mejor que una solución que derive de un juez", asegura Pilar Cortizo, una de las integrantes de la Comisión de Mediación puesta en marcha por el Colegio de Abogados.

Hasta el momento, los asuntos familiares, como divorcios y la custodia de los hijos, concentran alrededor del 90% de los casos, pero el objetivo del servicio de mediación es ampliar su actuación a otros campos, especialmente a asuntos mercantiles donde esta herramienta para la resolución de conflictos "puede ser muy importante", asegura Cortizo: el proceso es "más rápido" y al ser los propios socios involucrados los que buscan el acuerdo éste suele ser visto como una solución justa.

Un éxito más allá del acuerdo

De los 229 casos que llegaron el pasado año al servicio de mediación solo ocho lo hicieron por iniciativa propia de los implicados. La gran mayoría sigue haciéndolo por mandato judicial.

Son los magistrados los que deciden qué cónyuges son óptimos para participar en este proceso y los remiten a una sesión informativa. No son demasiados los que deciden seguir adelante. "Muchos es por desconocimiento", asegura Cortizo. Entre los que se atreven, los resultados son bastante positivos: el pasado año se alcanzaron 20 acuerdos, 18 de ellos totales y 2 parciales. El verdadero éxito de este modelo, insiste la responsable de la Comisión de Mediación, no se mide con cifras, sino en el cambio de mentalidad que genera entre los que acuden las sesiones. Las partes se "van preparando para el diálogo", aprenden a ponerse en la piel del otro, señala Cortizo, lo que favorece que después, a lo largo del proceso judicial, alcancen un acuerdo. "Esto lo tienen constatado en los juzgados". Por eso, son cada vez más los que confían en resolver sus disputas a través de la mediación.