La frialdad con la que actuó ante el fuego evitó ayer a una mujer que su vivienda quedara destruida, según explicaron los bomberos, ya que al ver que era incapaz de sofocar las llamas tomó las decisiones más adecuadas para impedir la propagación del incendio y, al mismo tiempo, que ella misma sufriera daños. El suceso ocurrió en torno a las 14.00 horas en el edificio número 17-19 de la avenida de Rubine, cuando la mujer, de 79 años e identificada mediante las iniciales P.R.E., se encontraba cocinando.

Las llamas que se originaron en la sartén saltaron hasta la campana extractora, momento en que trató de apagarlas mediante el uso de una manta. Cuando comprobó que sus esfuerzos eran infructuosos, la mujer optó por cerrar la puerta de la cocina y cogió las llaves de la vivienda, situada en la planta octava, la última del inmueble.

Esa actuación impidió que el fuego se propagara al resto del piso, aunque el interior de la cocina quedó calcinado al extenderse por los muebles. Salir con las llaves hizo posible que cuando los bomberos llegaron, se las entregase y no tuvieran que recurrir a otro medio para acceder a la vivienda. La mujer fue trasladada al Hospital Universitario por haber inhalado humo, aunque su estado no era grave, mientras que el resto de vecinos no se vieron afectados por el suceso.