Un vistazo al mapa con el que la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) muestra en tiempo real el estado de la calidad del aire en los países de la UE permite comprobar estos días que A Coruña destaca como la única mancha roja en toda España. Ese color se atribuye a los lugares en los que la calidad del aire es pobre y, de acuerdo con la estadística de los últimos cien días, esa situación se ha producido en el 40,2% de ellos y debido a la superación del nivel máximo permitido de PM10, las partículas menores de 10 micras.

¿Indica eso que la ciudad es un punto negro en cuanto a contaminación? Hay que llegar hasta la ciudad francesa de Niza, en la frontera con Italia, para localizar otro punto rojo, lo que en principio dejaría a A Coruña en muy mal lugar. Para proporcionar los datos, AEMA utiliza las mediciones efectuadas por las estaciones situadas en el instituto Ánxel Casal, situado en As Lagoas frente al Aquarium Finisterrae, y en la antigua Delegación de Sanidade, en Peruleiro, pero solo la primera de ellas facilita registros que indiquen ese supuesto alto índice de contaminación.

Pero esta estación está en un lugar con escaso tráfico, alejada de polígonos industriales y de otros posibles focos de polución atmosférica, por lo que, ¿de dónde proceden esas partículas? Esa misma pregunta se la hizo MeteoGalicia hace cuatro años cuando durante el invierno de 2013-2014 apreció que la estación de control del aire de As Lagoas superaba el nivel de PM10 en 37 ocasiones durante cuatro meses.

Lo que también sorprendió a los técnicos del organismo es que este fenómeno no se repetía en su instalación de Peruleiro ni en la ubicada en A Grela, por lo que puso en marcha un estudio para intentar desvelar el enigma. El punto de partida fue que aquel invierno destacó por el elevado número de temporales que azotaron la costa coruñesa, que fueron casi continuos durante bastantes semanas. Así fue posible descubrir que la causa de la acumulación de partículas en el aire se debía al denominado aerosol marino, que se trata de las gotas de agua de mar que flotan en el viento a causa del oleaje, y en el que la sal marina tiene una alta concentración.

MeteoGalicia tuvo en cuenta todas las variables posibles y revisó sus equipos de control para descartar un posible error, al tiempo que comprobó que la presencia de las partículas era mucho mayor en otoño e invierno en sus tres estaciones aunque la de As Lagoas superaba a las otras a causa de su cercanía a la costa, de forma que la sal marina era el 48,5% de las PM10 en ese punto, cuando en Peruleiro y A Grela solo alcanzaba el 19%. La concentración de partículas descendió en la estación de As Lagoas cuando disminuyeron los temporales, en los que apreciaron además que el factor más decisivo no era el viento, sino la altura de las olas.

Los datos ofrecidos por la AEMA son objeto de una interpretación diferente por parte de la asociación ecologista Arco Iris, que considera que el nivel de partículas en el aire "puede deberse a la actividad del puerto exterior", a causa de descargas de graneles "sin las medidas de protección que sí se exigían en San Diego", a lo que añade que esa contaminación se produciría con viento de dirección oeste-suroeste.