El proyecto del poliducto entre el puerto exterior y la refinería, indispensable para el traslado de la terminal petrolera de Repsol a punta Langosteira, cumplió ayer un trámite más con su aprobación por el Consello de la Xunta, que además dio el visto bueno a la declaración de utilidad pública de la actuación, que tendrá un coste de 27,1 millones.

La compañía debe aún efectuar las expropiaciones necesarias para instalar la conducción, que discurrirá por 4,2 kilómetros de los municipios de A Coruña y Arteixo y afectará a 168 parcelas, aunque una parte de ellas no serán expropiadas, sino que solo se limitarán los usos en las mismas por motivos de seguridad. Repsol podrá además solicitar ya las licencias de obras a los ayuntamientos de A Coruña y Arteixo y el Gobierno autonómico prevé que los trabajos comiencen este mismo año con el objetivo de que duren doce meses.

Los once tubos que conformarán el poliducto transportarán las materias primas y los productos refinados entre Langosteira y la refinería, para lo que se instalarán en una franja de terreno de diez metros de anchura, con dos más a ambos lados para permitir la vigilancia y el mantenimiento. La necesidad de esta infraestructura para el funcionamiento de la nueva terminal portuaria de Repsol obligará a demorar su entrada en servicio en Langosteira, que inicialmente estaba prevista para el próximo 14 de abril, aunque la empresa todavía no comenzó a construir sus nuevas instalaciones en el puerto exterior. Ese proyecto está pendiente de recibir las autorizaciones administrativas, lo que llevó a la Autoridad Portuaria a admitir que su conclusión se producirá a finales de este año e incluso que se podría retrasar hasta comienzos del próximo.