Los desperdicios que tiraron a un vertedero de la zona de A Zapateira los miembros de una asociación cannábica legal, que cuenta con unas 35 personas inscritas, llevaron a la Policía Nacional a desmantelar su tapadera. El colectivo, según consta en los informes policiales, se dio de alta en el registro de la Xunta para aparentar una legalidad de la que carecía, pues su propósito era traficar con sustancias estupefacientes. En su sede, situada en Fonteculler (Culleredo), cultivaban 1.300 plantas de marihuana. Los agentes también se incautaron de unos 900 gramos de cogollos y de 300 gramos de hachís.

Los tres directivos de la sociedad -el presidente, el secretario y el tesorero- fueron detenidos como presuntos autores de un delito contra la salud pública, y de otros de asociación ilícita y de defraudación de fluido eléctrico. Dos de ellos, que tienen antecedentes -uno fue detenido por un hurto y, al otro, le consta una orden de alejamiento por malos tratos- fueron enviados a prisión provisional sin fianza. Los procesados, que tienen 28, 29 y 31 años, se negaron a prestar declaración en sede policial. El Juzgado de Instrucción número 2 destaca en el auto en el que decreta su ingreso en la cárcel la gravedad de los hechos que se les imputan, así como el riesgo de fuga o de alteración de pruebas, ya que la investigación sigue en curso.

La operación comenzó a raíz de la información de un agente de la Unidad de Policía Adscrita a la Comunidad Autónoma de Galicia. El pasado 27 de febrero comunicó a la Policía Nacional que en el ejercicio de sus funciones había localizado en el monte de A Zapateira "una gran cantidad de envoltorios de útiles y efectos relacionados con la plantación de marihuana". En el informe elaborado por los agentes especifican que encontró "cartones de luces halógenas, calentadores de cristal, numerosas bolsas de sustratos para el cultivo, semilleros con restos de cannabis, multitud de tallos de planta de cannabis y cartones con restos de secados de cogollos, entre otros efectos". Ante la evidencia de que eran "útiles necesarios para el establecimiento de una importante plantación de marihuana", el 091 inició la investigación.

La Policía Nacional inspeccionó el vertedero y halló facturas de compra de productos para el tratamiento, floración y cuidado de la droga a nombre de la asociación cultural, con su dirección, así como un tique de una pizzería de Culleredo en el que figuraba un lugar de entrega. Con esos datos, los funcionarios lograron identificar a los tres promotores de la asociación y localizar su sede, unos bajos ubicados en Fonteculler. Los policías inspeccionaron la zona por fuera y detectaron "un fuerte olor a marihuana". Además, comprobaron que los cristales de las ventanas de los tres locales estaban pintados para que fuesen opacos y detectaron dos potentes salidas de aire.

Cuando obtuvieron suficientes indicios, consiguieron una autorización judicial de entrada y registro, que realizaron el 2 de marzo. Los agentes certificaron que "la mayor parte de recinto" la ocupaba la plantación y unos técnicos de Unión Fenosa confirmaron que existía una conexión irregular a la red eléctrica. El 091 advirtió ayer de que este tipo de cultivos requieren "una gran potencia eléctrica, que unido a su precariedad" provoca "un elevado riesgo de incendio".