Como colarse dentro de una de las bodegas del Titanic y descubrir que el agua no lo ha echado todo a perder, que siguen impolutos, doblados y preparados los albornoces y las toallas en el tocador. En la explanada de O Parrote abre hoy sus puertas la exposición Titanic, the reconstruction, que, entre material original del barco, piezas de la época, el testimonio de una superviviente y un vídeo explicativo, cuenta con la maqueta más grande del mundo realizada del buque.

El casco mide nueve metros y, en su construcción, participaron nueve personas que trabajaron durante tres años en este proyecto, estudiando los planos originales del barco, haciendo con finas láminas de madera lo que, un siglo atrás, se había forjado en los astilleros, interpretando fotografías y documentos para recrear el puerto y el ambiente del muelle de Southampton, del que partió el 10 de abril de 1912.

La muestra estará abierta durante un mes y medio, aunque el presidente de la Fundación Titanic, el coruñés Jesús Ferreiro, explica que, en todas las ciudades en las que la exposición ha recalado, siempre ha tenido que quedarse "unas semanas más" para que puedan acudir todos "los colegios" y los vecinos que deseen verla.

Entre las piezas que duermen bajo la carpa de O Parrote está, según explica Ferreiro, el primer coche que condujo una mujer. Un vehículo rojo con el que podía alcanzar una velocidad máxima de 29 kilómetros por hora por las calles de Nueva York, similar a los que se podían encontrar en la bodega del que nació como el mayor y más lujoso transatlántico del mundo.

Hay también un cuadro, El sueño del Titanic, cedido por el actor Leonardo Dicaprio -que protagonizó junto a Kate Winslet la película Titanic, en la que recreaban el viaje inaugural del buque- para formar parte de esta muestra, también un faldón y un anillo de Millvina Dean, que falleció a los 97 años en 2009 y que fue la última superviviente del Titanic. Recuerda que su padre, su madre y ella viajaban en tercera clase, y que, si bien ellas consiguieron salir del barco y salvar la vida, su padre, no.

"Mi madre era muy guapa y sabía guiñar muy bien el ojo", dice Ferreiro que contaba Dean cuando hablaba de su salida del Titanic, una experiencia que marcó su vida y del que, según recuerda Ferreiro, le costaba hablar . Se pueden ver tras las vitrinas, algunos instrumentos y partituras de los músicos del Olympic, el buque gemelo del Titanic, y también la única caja de la bodega del barco que apareció flotando en el mar tras el naufragio y de la que se tiene constancia. Es una madera que anuncia que, dentro, había botellas de champagne. Y se pueden ver también fotografías y documentación de algunos de los pasajeros, réplicas de ropas que podrían haber llevado y también una almohada para hacer encaje de bolillos, muy apreciado en aquel recién nacido siglo.

Entre los visitantes a la exposición, la fundación sorteará una réplica de uno de los lavabos que había en los camarotes de primera y de segunda clase. El mismo modelo que hay en la casa del expresidente de Estados Unidos Barack Obama, ya que, según explica Ferreiro, tras su visita a la exposición, dijo que le gustaría tener uno igual en su residencia y, como prueba, en A Coruña luce firmada una de las reconstrucciones de cerámica.

La fundación espera que, durante la estancia de la muestra en la ciudad, pueda acudir la hija del inventor Guillermo Marconi, Electra, ya que hay una reproducción de la cabina Marconi que estaba en el barco y desde la que se transmitieron los mensajes de alerta.