Quien no conoce bien el barrio o se acaba de mudar al Agra se pregunta dónde está el mercado del que le han hablado en As Conchiñas, porque no lo ha visto. Cuenta Mónica Novoa, presidenta de una de las dos asociaciones de placeros, que aunque la instalación es grande, "hay gente que todavía no sabe que aquí hay un mercado". "La fachada se va a adornar con unos vinilos para que llame la atención y se sepa que detrás de estas paredes hay un mercado", explica. Es una pequeña medida, entre muchas, que en As Conchiñas se han puesto en marcha para impulsar su propia actividad y captar clientes.

El curso de cocina Larpeiriños, un concurso de dibujo para niños, degustaciones de platos de cocina o frutas, vales de compra en el mercado por el Día del Padre o el Día de la Madre, sorteos de productos alimenticios en Carnaval, una laconada... "A los clientes les gustan mucho estas iniciativas, pero la verdad es que no atraen a gente nueva. Son buenas ideas que funcionan puntualmente. Aquí la gente que viene a comprar en general tiene edad avanzada y hay generaciones que apenas vienen", dice Novoa. Lejos de arrojar la toalla, conviene "insistir".

Admite Novoa que su mercado, abierto desde mediados de los años setenta y en la actualidad con 45 puestos abiertos entre negocios interiores de alimentación y exteriores con otros productos, pasa por una "fase complicada": "Los horarios no gustan a todos, muchos estamos en pie desde las cuatro de la madrugada, y los vecinos prefieren comprar en los supermercados".