Puestos vacíos y silencio. Así es el mercado municipal de Santa Lucía, que apenas llega a la decena de placeros. Pero los que están, no se rinden. Quieren que vuelva a ser como era. "La gente no viene aquí a comprar por las condiciones en las que está el mercado, ni tampoco se han abierto nuevos puestos", lamenta Rosi, que lleva 27 años vendiendo ropa y artículos de electrónica.

Esta placera compra "siempre" en los mercados. Algo que, según ella, deberían hacer también los jóvenes. "Hay productos de calidad, mejor que en los supermercados", apunta. Sin embargo, Santa Lucía no consigue atraer clientela. Rosi explica por qué. "No hay comodidades. Aquí no hay aparcamiento y los de la ORA, si pasas de una hora, te multan. Es normal que la juventud se vaya a los centros comerciales y hagan allí la compra tranquilamente", reconoce.

Además, cree que el horario del mercado "debería cambiarse". "Se abre de 9.00 a 15.00 y a esas horas no puede venir todo el mundo. Hay gente que está trabajando por la mañana y solo puede comprar por la tarde, pero en ese horario los puestos están cerrados", apunta Rosi, que espera que la situación de la renovación del mercado y la instalación del centro de salud "se solucione pronto".

Fruterías Lolita es otro de los puestos de Santa Lucía. El único que vende fruta, justo enfrente de la carnicería. Maruja lleva más de veinte años detrás del mostrador y asume que "poco a poco" habrá menos clientes que se acerquen a su puesto. "Es muy difícil saber cómo atraer a la gente al mercado. Creo que es cosa de los jóvenes, que tienen que venir a comprar aquí", explica, y agrega que la plaza de abastos de Santa Lucía "está estancada desde hace años".