La Audiencia enjuiciará la próxima semana un chamán de 45 años acusado de abusar de una niña de 12, para el que la Fiscalía exige una condena de 11 años y medio de cárcel. El fiscal también imputa a la madre de la menor como cooperadora necesaria del delito continuado de abusos sexuales y pide que sea sentenciada a la misma pena: 11 años y medio de prisión o, en su defecto, seis meses de cárcel por tolerancia de la corrupción de su hija.

El fiscal sostiene en su escrito de calificación que el brujo, amigo de los padres de la niña, se aprovechó de los problemas entre ambos progenitores, así como de las riñas entre la madre y su familia política para ganarse la confianza de la mujer y hacerse pasar "por una persona con poderes paranormales que le habían sido traspasados por un chamán fallecido". El procesado, que trabajaba en el negocio de piensos de los padres de la menor, se hacía pasar por un brujo residente en un poblado africano, pariente del chamán, que instaba a la mujer a "portarse bien con el acusado y a concederle todo lo que le solicitase".