El poliducto tendrá que tener un plan de emergencia propio antes de ponerse en marcha. Así figura en la autorización que la Consellería de Industria concedió a Repsol hace dos semanas, en la que declara "de utilidad pública" la obra, lo que permite agilizar las expropiaciones necesarias para iniciar la construcción, con un plazo de ejecución de un año. El convenio de traslado preveía que el nuevo pantalán de la petrolera en Langosteira estuviese ya en funcionamiento, en una fecha que se rebasó hace cuatro días.

La resolución del departamento de Enerxía e Minas, paso previo a levantar las actas para hacerse con los terrenos necesarios y pedir las licencias de obras a los Concellos de A Coruña y Arteixo, recoge las consideraciones de la Xunta sobre las alegaciones que le llegaron durante la tramitación de la autorización administrativa y sobre la respuesta de la empresa a las mismas.

De esta manera, la Consellería de Industria ve suficientes las medidas de prevención y correctoras previstas por la empresa o impuestas por la Declaración de Impacto Ambiental, en relación a las dudas que ofrecieron sobre el impacto de la obra, un conjunto de once tubos a lo largo de 4,2 kilómetros, los Concellos de Arteixo y A Coruña, una empresa de contenedores afectada, los propietarios de fincas que serán expropiadas o los vecinos de Nostián, que solicitaron que el trazado se alejase de su núcleo y que Repsol midiese las partículas contaminantes en el aire que respiran.

Repsol asegura, y así lo da por bueno la Xunta, que la obra se regirá por un Plan de vigilancia ambiental que realizará medidas antes de iniciar los trabajos para comparar los mismos parámetros durante la ejecución de la obra, con "especial atención respecto al seguimiento acústico" de las voladuras. El plan ambiental estipulará los emplazamientos de los vertederos temporales, con baja incidencia ecológica y en las que los residuos no acaben en zonas fluviales o marítimas por la escorrentía; y medidas correctoras para evitar la propagación de especies autóctonas.

La empresa tendrá que realizar un Plan de emergencia, recoge la resolución de la Consellería de Industria, entre otras cuestiones, para establecer protocolos de actuación en caso de vertidos. Este plan, que tiene que ser aprobado por la Dirección Xeral de Emerxencias de la Xunta y que ya tienen el polígono de A Grela-Bens y Arteixo Química, recoge todos los supuestos de emergencias que pueden afectar a la infraestructura, las zonas que pueden resultar perjudicadas por estos incidentes de mayor o menor gravedad y la reacción que deben tener las administraciones, los vecinos y empresas en caso de accidente. El poliducto no podrá ponerse en marcha hasta que esté aprobado.

La Xunta avala, tal y como sostiene la empresa, que el trazado del poliducto no supondrá el aislamiento del núcleo de Nostián, ya que "mantiene los accesos y respeta las zonas protegidas". Otra cuestión es Conteco, la empresa de contenedores que reclamó por la afección de las obras a su actividad. Señala que Repsol no podrá interrumpir su acceso y el tránsito de vehículos pesados a sus parcelas. La refinería tendrá que realizar un estudio de accesos temporales durante el tiempo que duren las obras, que presentará a Conteco antes de que se inicien.