Hace una década el conflicto entre el Ayuntamiento y los vecinos de Novo Mesoiro por el realojo de chabolistas de Penamoa desembocaba con numerosas protestas, entre ellas los cortes de la avenida de Alfonso Molina y manifestaciones. El alcalde, Javier Losada, ante el aumento de la presión, anunciaba a finales de abril su compromiso de que ningún chabolista sería realojado en Novo Mesoiro. Los vecinos de Penamoa fueron desalojados para construir la tercera ronda. En la actualidad, en la zona hay un área verde. La promesa del alcalde consiguió paralizar las movilizaciones iniciadas por los afectados el 17 de marzo, la primera vez que cortaron la avenida de Alfonso Molina.

El Concello adjudicó a los chabolistas viviendas sociales en los barrios de Novo Mesoiro y Eirís, lo que provocó manifestaciones porque los vecinos temían que la venta de drogas del asentamiento se trasladase a sus barrios. Las más multitudinarias fueron realizadas el 18 de marzo y el 4 de abril, a las que asistieron alrededor de 1.500 personas. Las listas elaboradas por el Ayuntamiento en las que otorgaba los pisos a los residentes en el asentamiento estaban plagadas de errores.

Losada pactaba con los afectados, a finales de abril, cuando les garantizó que el Concello no utilizaría las Viviendas de Protección Autonómica ni las de Promoción Pública para recolocar a los antiguos habitantes de Penamoa.

Además, aseguraba que "subsanarían" los errores cometidos por el Ayuntamiento a la hora de elaborar las listas de adjudicatarios de los inmuebles. El regidor local tomó la decisión después de que los vecinos de Novo Mesoiro y Eirís -también de Os Rosales y O Castrillón, en menor medida- retomasen las movilizaciones y anunciasen que lo acosarían en actos públicos.

Los chabolistas de Penamoa, finalmente, fueron realojados en diferentes barrios de la ciudad, también en Novo Mesoiro, Eirís, O Castrillón y Os Rosales, así como en pisos ubicados en municipios del área metropolitana. Las protestas vecinales obligaron a buscarle hogar en diferentes zonas para que no se concentrasen en edificios de viviendas de protección de sus barrios.