"Yo soy el que da más la lata porque soy mayor. Mis compañeros me llaman el Robin Hood de Tripadvisor, porque ellos no pueden decir todo lo que piensan", explica desde el otro lado del teléfono el cocinero Pablo Gallego. A sus espaldas tiene más de treinta años en las cocinas, así que, tiene un profundo conocimiento del mundo de la hostelería, de lo que cuesta tener un local abierto en el centro, de los precios de los productos y de las facturas de la luz, del agua y, por supuesto, de las nóminas de sus empleados.

El mes pasado, un usuario de Tripadvisor, el portal en el que clientes de locales de hostelería, hoteles y vuelos pueden hacer comentarios sobre su experiencia, escribió que el restaurante de Pablo Gallego le había parecido "demasiado clásico, demasiado caro" y consideraba que al negocio le faltaba "ese toque desenfadado de la nueva restauración" y que le sobraba "cierta solemnidad de restaurante antiguo tanto en el servicio como en el menú", que calificaba de "poco original y atrevido". Gallego le contestó en la plataforma, algunas de las razones que le habían llevado a tener la carta que ofrece actualmente.

"Tienes toda la razón y, es más, es que es eso precisamente lo que buscamos. Yo creo ya pasé la época de ser el más innovador, creo que lo conseguí hace treinta años cuando empecé, en aquel entonces, me tildaban de moderno, de loco, de cocinero afrancesado o de destruir la cocina clásica gallega", redactó Gallego, que asegura que no hay manera de escapar a la tiranía de las redes sociales, de los comentarios interesados y de la impunidad del anonimato. "A mí todas las semanas me llegan correos de empresas que me ofrecen que me pueden posicionar mejor en internet, pero yo paso de eso. No voy a entrar en ese juego", comenta Gallego, que ha visto comentarios como que el "cordero no estaba bueno" cuando no lo servía en su restaurante o que no tenía una buena entrega a domicilio, cuando su local no ofertaba este servicio.

"Hay cosas que no tolero, como que me digan qué tengo que hacer en mi casa. Una vez me pusieron una crítica porque había entrado mi hija en el comedor con un pantalón corto. Era verano y tenía quince años. Si no les gusta la comida, yo les pido perdón y les digo que vuelvan, para darme otra oportunidad, pero es que hay gente que se cree que lo sabe todo cuando empezó el otro día a ir a comer a restaurantes", asevera Gallego, que ironiza con que los programas de cocina de la televisión "han hecho mucho daño" al sector, porque le han dado a los espectadores una falsa sensación de que saben de gastronomía.

El presidente de la Asociación de Hostelería de A Coruña, Héctor Cañete, defiende que Tripadvisor, como otros portales de internet, "están bien" porque "sirven de referencia" a muchos usuarios, aunque cree que los comentarios hay que mirarlos con el filtro de quien sabe que no todo lo que lee es cierto. "Las opiniones no son profesionales y no se acredita que las personas que comentan hayan estado en el local, por ejemplo, publicando el recibo. Todos sabemos que, en estas cosas, con dinero se puede conseguir todo o casi todo", dice en referencia a que hay empresas que se dedican a poner comentarios favorables en un negocio para que suba en la clasificación de estos portales.

"Estas aplicaciones están de moda y son un indicador importante, aunque ahora creo que, tal y como han subido, han empezado a perder credibilidad, que ya no es tan importante lo que digan", concluye Héctor Cañete. Para Gallego es también un espacio del que no se puede prescindir, aunque uno no quiera, porque son los usuarios los que posicionan a los locales de hostelería. Eso sí, defiende que la crítica profesional es mucho más fiable que la popular. "Los comentarios sobre la experiencia que tienes en un sitio son muy subjetivos, por muy bueno que sea un restaurante, si yo tengo una discusión con mi pareja, mi impresión va a ser mala", concluye.

Fuentes de Tripadvisor explican que la aplicación recibe "290 comentarios cada minuto" y que cada uno de ellos pasa por su "sistema de seguimiento automatizado", que "revela el cómo, qué, dónde y cuándo de cada opinión", teniendo en cuenta variables como las direcciones IP, el tipo de navegador que utiliza el usuario, e incluso "la resolución de pantalla del dispositivo" desde el que se está subiendo el comentario. "Cada opinión identificada como sospechosa es posteriormente revisada manualmente por nuestro equipo de especialistas en contenido", argumentan desde Tripadvisor.

El portal se planteó en varias ocasiones la posibilidad de pedir a sus usuarios una prueba de que, efectivamente, habían estado en el local sobre el que habían hablado, sin embargo, según explican desde la empresa, este sistema "penaliza a algunos clientes que no cuentan con un recibo o prueba de pago".

"Estamos convencidos de que la verificación no detendría los intentos de fraude, ya que la mayoría de ellos se llevan a cabo por los propios gerentes de los negocios o propietarios que tratan de publicar opiniones positivas, y ellos tienen fácil acceso a recibos", relatan desde Tripadvisor.

Sobre qué hace la página si detecta que los locales hacen comentarios de sus negocios para mejorar su puesto en la clasificación, Tripadvisor argumenta que elimina los comentarios en cuanto detecta que son falsos y que impone "severas sanciones" a quienes rompen las reglas.