La gestión de la secretaria general de la Agrupación Socialista Coruñesa, Eva Martínez Acón, sufrió ayer un revés con la dimisión de nueve miembros de la Ejecutiva local, formada por 39 personas, cuando aún no se han cumplido los cien días de su elección como máxima responsable del partido en la ciudad y falta solo un año para la celebración de las elecciones municipales. Entre los militantes que presentaron su renuncia se encuentran el concejal Fito Ferreiro, quien ocupaba el cargo de secretario de Organización, así como el vicesecretario y portavoz de la Ejecutiva, Juan Ignacio Borrego, cuya función será desempeñada ahora por Acón.

Los dimitidos eludieron efectuar declaraciones pero fuentes de su entorno aseguraron que en los próximos días habrá más miembros de la dirección que seguirán su camino, ya que habían pactado no presentar todas las dimisiones al mismo tiempo, aunque se da por hecho de que este movimiento no será suficiente para motivar la disolución de la Ejecutiva, para lo que sería necesaria la renuncia de 20 personas.

Tras conocer la decisión de estos militantes, Acón convocó una reunión de la Ejecutiva a la que acudieron 25 de sus miembros para redistribuir las funciones de los dimisionarios entre el resto de sus integrantes y en la que ninguno de ellos expuso su voluntad de dimitir. La dirección local se reunirá el sábado para aprobar la asignación de los nuevos cargos y no será completada para suplir las bajas, por lo que a partir de ahora tendrá tan solo 30 componentes.

Tanto Acón como los disidentes atribuyeron la razón de las nueve dimisiones a las diferencias sobre el modelo de gestión del partido en la ciudad. "Hemos intentado durante todo este tiempo hacer un grupo de trabajo cohesionado y algunos compañeros consideraban que la línea de trabajo no era la que entendían que tenía que ser", explicó la secretaria general, mientras que desde el lado contrario se la acusa de dirigir la agrupación de manera personalista, de forma que los responsables de cada área de trabajo no disponen de autonomía para desarrollar su actividad.

La nueva Ejecutiva local del PSOE se formó mediante un pacto entre el sector afín a Gonzalo Caballero, liderado por Eva Martínez Acón, y el que había apoyado a la anterior secretaria general, Mar Barcón. Pero entre los ahora dimitidos hay quien rechaza la etiqueta de barconista por no haber formado parte de su equipo, por lo que niegan ser afines a la ex secretaria general.

Ambas partes garantizaron que no habrá bajas en el PSOE tras esta decisión, que se larvaba desde hace días, ya que LA OPINIÓN adelantó el pasado 30 de abril el conflicto que se originó en la Ejecutiva cuando se intentó crear una comisión permanente para dirigir la actividad política cotidiana. Según fuentes de la agrupación, los disidentes exigieron que ese órgano estuviera formado mayoritariamente por miembros de su entorno y que los concejales, incluso el portavoz municipal, no tuvieran voto. Las diferencias surgidas entonces hicieron prever que se desencadenaran las dimisiones, y, aunque Fito Ferreiro negó de forma tajante en ese momento tal extremo, ayer se hizo efectiva esa decisión.

La crisis de la Ejecutiva coruñesa es vista desde la dirección gallega del partido con una "preocupación relativa", según fuentes socialistas, quienes consideran que la salida de los discrepantes puede favorece un funcionamiento más adecuado de la agrupación local, al tiempo que se destaca que este problema haya surgido con tan pocos días de actividad de sus nuevos responsables. Esas fuentes niegan que existiera la falta de autonomía de gestión y el incumplimiento de los pactos denunciados por los dimisionarios, al tiempo que desvinculan este movimiento de la conformación de la candidatura municipal, ya que no se abordará hasta el otoño, por lo que el tiempo que falta para esa decisión se considera "un mundo" en el terreno político.

En el seno de la Ejecutiva gallega se resta además trascendencia a la repercusión de esta crisis sobre las expectativas electorales del PSOE coruñés en las municipales, ya que se confía en que los votantes presten más atención a la candidatura que a los problemas internos del partido.

Otro factor a tener en cuenta es que si las dimisiones superasen el limite de la mitad más uno de la Ejecutiva y esta tuviera que disolverse, la dirección de la agrupación sería ejercida de nuevo por una comisión gestora, en cuya composición jugaría un papel relevante la dirección gallega, que respalda a Eva Martínez Acón.