"Le hubiese hecho una ilusión enorme, hubiese sido de los días más felices de su vida", comentaba ayer uno de los nietos de Alberto Martí Villardefrancos tras la concesión, a título póstumo, de la distinción de Hijo Adoptivo de A Coruña a su abuelo. El alcalde, Xulio Ferreiro, presidió el acto en el salón de plenos del palacio municipal, al que asistieron exregidores como José Manuel Liaño Flores y Francisco Vázquez, así como familiares y amigos de Martí. Todos ellos destacaron "los negativos y la solidaridad" como su legado para A Coruña.

Luis Rodríguez, nieto mayor del empresario, fotoperiodista y presidente de la Cocina Económica, cuenta que en un inmueble de la calle Real la familia guarda los "dos millones y medio o tres" de negativos que dejó en herencia Alberto Martí. "No sabemos qué vamos a hacer con ellos. Forman parte de la memoria histórica de Galicia y de A Coruña. Es un patrimonio", señala Rodríguez, quien recuerda que una de las fotografías favoritas de su abuelo es "la de un mendigo en los años cuarenta comiendo en la Cocina Económica". Su nieto le tiene un cariño especial a la instantánea de su abuela cosiendo. El nieto mayor de Martí, que ejerció en el homenaje de portavoz de la familia, insiste en que su abuelo "amó a esta ciudad de una manera absoluta".

"No podía soportar ver a A Coruña en situaciones comprometidas. Lo llevaba a indignarse cuando lo estaba un paisano y cuando el Deportivo descendía se llevaba enormes disgustos. Tenía devoción por la ciudad, siempre se consideró coruñés", indicó durante su discurso Rodríguez, al tiempo que señaló que la distinción de Hijo Adoptivo de la ciudad "soluciona el problema de no haber nacido en A Coruña -lo hizo en Santiago-". El alcalde respondió: "Desde hoy es oficialmente coruñés".

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Alberto Martí, Hijo Adoptivo de A Coruña

La distinción póstuma le fue entregada a la familia de Martí, quien falleció en septiembre del año pasado a los 95 añosMartí, por un acuerdo unánime del pleno municipal. "Alberto Martí fue un hombre excepcional, con un talento que solo se vio superado por su generosidad y sentido de justicia social", destacó Ferreiro, quien recalcó que es "parte imborrable de la historia y de la memoria de la ciudad".

El regidor aseveró que "todo en Martí es luminoso, incluso sus negativos", al tiempo que recordó que inmortalizó "la dureza de un pueblo que tuvo que marchar en un tiempo en el que no estaba permitido hablar de marchas, durante unos años en que los, a pesar de ser una realidad, le emigración apenas tenía cabida en los medios de comunicación controlados por la censura". Tras 75 años de actividad, a sus millones de negativos sumó imágenes de Sellier, Ferrer y Foto Blanco, negocio donde se inició en el mundo de las cámaras a los 12 años.