Hace una década el PSOE liderado por Javier Losada, con el apoyo del BNG, sacaba adelante en el pleno municipal la aprobación inicial de la modificación del plan general para la zona de O Portiño. El proyecto destinaría el 20% de la bolsa de vivienda a pisos protegidos -unos 640 de los 3.200 previstos-, pese a que el Parlamento gallego estaba a punto de aprobar una ley que obligaría a reservar el doble de suelo en cada polígono residencial, es decir, el 40%. El PP votaba en contra de la modificación del plan general en esa zona y cuestionaba el proyecto de O Portiño por el incremento de la edificabilidad respecto al plan general vigente; las conexiones del barrio con la tercera ronda; y la decisión del Ayuntamiento de iniciar la tramitación justo cuando el arquitecto Joan Busquets había iniciado el estudio para la revisión del Plan General de Ordenación Municipal (PGOM).

Tras diez años, el proyecto previsto por el Gobierno dirigido por Javier Losada está sin desarrollar porque su construcción está limitada por el cinturón de afección de la refinería. La Xunta impuso restricciones al PGOM y debe dar su visto bueno a cualquier desarrollo de la zona, según un dictamen técnico del Gobierno gallego, que llega a recomendar que esos terrenos no tengan uso residencial por su proximidad a las instalaciones de Repsol. En O Portiño son edificables 342.024 metros cuadrados. El sector de Penamoa también carece de planeamiento.