La propuesta por parte de la Xunta de la realización de inversiones en la línea férrea A Coruña-Ferrol para la mejora de su funcionamiento es la última de las iniciativas puestas en marcha en los últimos años para conseguir que el tren sea competitivo para el transporte de viajeros entre las dos ciudades. Pero quince años después de que la primera de las propuestas fuera elaborada, ninguna de las medidas planteadas se ha llevado a cabo, a lo que hay que sumar que las previsiones incluidas en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado no permiten ser optimista con respecto a un cambio importante en este recorrido.

El más ambicioso de los proyectos elaborados para modificar la situación actual es precisamente el más antiguo, el estudio informativo para el Eje Atlántico de Alta Velocidad para el tramo A Coruña-Ferrol, elaborado en 2003 y que defendía la construcción de un nuevo trazado para el ferrocarril para evitar los defectos del actual, que proponía destinar en exclusiva al tráfico de mercancías.

El trazado alternativo que planteaba tendría doble vía entre A Coruña y O Burgo, con una longitud de 10,5 kilómetros. Desde allí comenzaría otro hasta el río Lambre con una longitud de 18,9 kilómetros y en ese cauce comenzaría el que se extendería hasta Ferrol, a 25,6 kilómetros. En total serían 55 kilómetros frente a los 68,9 actuales y con unas características que permitirían a los trenes alcanzar una velocidad media de 131,8 kilómetros por hora, de forma que el viaje se realizaría en 25 minutos, cuando en la actualidad es como mínimo de 65.

Esta propuesta, que garantizaba una oferta de 6.400 plazas diarias en los convoyes, hacía sumamente competitivo al ferrocarril con relación al automóvil, ya que el tiempo de viaje por la autopista es de 41 minutos, pero tenía como principal inconveniente su coste, ya que haría precisa una inversión de 413,5 millones, por lo que fue desechado.

En el mismo año 2003 se adjudicó la redacción de un estudio informativo cuyo objetivo era modificar el trazado de la vía férrea, pero solo entre A Coruña y Betanzos. La propuesta planteaba aprovechar la nueva línea del Eje Atlántico para entrar a la capital provincial tanto desde Santiago como desde Ferrol. Para ello defendía que al llegar el tendido procedente de esa última ciudad a Cecebre, en lugar de continuar hacia la ría de O Burgo, se dirigiese hacia el municipio de Culleredo, donde enlazaría con las vías que llevan hasta Santiago.

El proyecto suponía la construcción de un tramo de 21,3 kilómetros y con doble vía que dejaría el viaje A Coruña-Betanzos en 13-14 minutos, frente a los 29 actuales, ya que la velocidad media se situaría entre 130 y 145 kilómetros por hora. La inversión prevista era de 220,5 millones y nunca se llegó a ejecutar, ya que cuando se presentaron alegaciones en 2006 se optó por retirar la actuación y encargar un nuevo estudio informativo que sufrió el mismo destino que el anterior.

Al año siguiente se adjudicó un nuevo estudio informativo, en este caso para el tramo Betanzos-Ferrol, en el que tras la experiencia sobre el recorrido hasta A Coruña, se descartó diseñar un itinerario alternativo ante el elevado coste que supondría y el perjuicio que causaría al tráfico de mercancías y al de pasajeros de corta distancia. Por ello se planteó realizar mejoras en las vías existentes e introducir nuevos trazados en tramos próximos al corredor actual. También se propusieron medidas de mejora de la línea que permitieran aumentar la velocidad de los trenes y la reducción del tiempo de viaje, como la puesta en marcha de expresos y servicios de corta distancia, duplicación de la vía en algunos puntos y la supresión de la marcha atrás hasta Betanzos desde Infesta.

En octubre de 2017, la Consellería de Infraestruturas concluyó un estudio sobre las posibilidades de mejora de la línea A Coruña-Betanzos en el que se exponía que las inversiones necesarias suman 135,5 millones de euros y que envió a Fomento en febrero de este año. La obra con un mayor coste sería la rectificación del trazado de las curvas en 20 kilómetros del tramo, presupuestada en 60 millones, a la que se añadiría la variante de Betanzos para suprimir el retroceso desde Infesta, que afectaría a un tramo de 2,6 kilómetros y precisa de una inversión de 25 millones de euros.

También se planteó la electrificación de toda la línea y el cambio de los trenes para conseguir una mayor velocidad, actuación que se calculó en 26 millones, mientras que la supresión de diez pasos a nivel tendría un coste de cinco millones y la construcción de dos nuevos puntos de cruce de los convoyes costaría seis millones. La última propuesta fue crear aparcamientos disuasorios en las estaciones de A Coruña y Ferrol mediante la inversión de 500.000 euros.

Frente a esa iniciativa de la Xunta, el Ministerio de Fomento adjudicó en diciembre la redacción de un estudio de alternativas para la variante de Betanzos, que permitiría suprimir el paso por Infesta, pero ese mismo mes el secretario general de Infraestructuras, Manuel Niño, eludió dar una fecha para la realización de la obra.

Los Presupuestos del Estado del año pasado incluían además medio millón de euros para mejorar la línea A Coruña-Ferrol y preveían destinar 4,5 millones en los siguientes tres años, aunque en el proyecto de cuentas de 2018 sigue apareciendo ese medio millón, ya que el de 2017 no se invirtió, pero ahora se consignan 10 millones para actuaciones que se desarrollarían hasta 2021.

Dentro de esa cantidad hay 200.000 euros para la variante de Betanzos, cuyo trazado habrá que elegir primero, luego someterlo a información pública y, tras su aprobación redactar el proyecto y posteriormente licitarlo, por lo que el camino a recorrer para mejorar el tendido ferroviario A Coruña-Ferrol aún es largo.