Cuando uno tiene en sus manos un cubo de Rubik, trata de mover las piezas sin sentido y lo que consigue es desesperarse. Esto empieza a cambiar gracias a la tienda Juegos Besa, que además de comercializar este conocido rompecabezas cuenta con una academia para aprender a resolverlo. "Todos los conocen pero muy pocos saben hacerlo", comenta uno de los propietarios, Saúl López, que junto a Bea Noval tuvo la idea de abrir este local en el que hay sitio para el aprendizaje y la diversión.

La academia, abierta desde el pasado noviembre, roza casi el centenar de alumnos. Los hay de todas las edades. "Desde los pequeños de 6 años hasta un abuelo de 70", revela el dueño de la tienda, que empezó a engancharse al cubo de Rubik hace solo unos años. "Bea y yo conocimos al campeón internacional Ernesto Fernández -también es profesor del centro- y nos descubrió el rompecabezas. Nos encantó. Por eso decidimos abrir la academia", confiesa.

En el local ubicado en la avenida de Oza se imparten tres niveles. "El primero es aprender a resolver el cubo de Rubik y el siguiente sobre nuevos modelos. Por último, está el nivel de las competiciones, en las que lo importante es la rapidez con que se realice", expone. En Juegos Besa hay hasta 250 modelos de cubos y "ninguno es inalcanzable". "Nuestro objetivo es que aprendan pero divirtiéndose", manifiesta Saúl López.

El cubo de Rubik, además de entretener, ayuda a "ampliar los conocimientos matemáticos" de aquellos que lo practican. "Es estudiar matemáticas pero de forma divertida", apunta el propietario de Juegos Besa, que asegura que "los niños están encantados" con esta actividad". En el local, los más pequeños no solo han mejorado sus técnicas para resolver el cubo de Rubik, sino que han forjado amistades. "Muchos llevan desde noviembre juntos y se llevan genial. Hasta van al cine juntos o quedan para hacer otras cosas", detalla Saúl López.

Los padres ven tan "contentos" a sus hijos que algunos incluso se han apuntado a las clases para iniciarse en este mundo. "Nos dicen que nunca consiguieron hacer los cubos, que hasta cambiaban las pegatinas para lograrlo, así que nosotros les aseguramos que con cinco clases es suficiente para entender la lógica y solucionarlo", comenta.

El cubo de Rubik no es el único protagonista de Juegos Besa. La academia también prepara campamentos de verano en los que se practicará yoyó, peonza, mariola y otros juegos clásicos que están quedando en el olvido. "Se han perdido por culpa de las nuevas tecnologías y queremos recuperarlos", declara uno de los dueños de la academia. Estas clases, que se impartirán durante los próximos meses, están dirigidos a niños de entre 3 y 8 años.