Catorce municipios formaron en abril de 2012 el Área Metropolitana de Vigo, la primera creada en Galicia tras 17 años de trámites. El medio millón de habitantes que integraban la entidad se marcaba como objetivo alcanzar los 600.000 con la incorporación de más localidades del sur de la provincia. La constitución del nuevo órgano se llevó a cabo el 1 de diciembre de 2016, pero en la misma los alcaldes del PP decidieron ausentarse al considerar que no podía celebrarse el acto por irregularidades en las credenciales de dos concejales.

Uno de quienes abandonaron la sesión era el alcalde de Salvaterra, Arturo Grandal, que ejercía el cargo de presidente de la mesa de edad del organismo durante su constitución, lo que llevó a la Xunta a recurrir ese proceso, que fue suspendido cautelarmente y después anulado por un juzgado.

Pero el problema de fondo es la gestión del transporte en el área metropolitana viguesa, ya que el acuerdo firmado entre Xunta y Concello establece la integración de la concesionaria municipal, Vitrasa, en el plan de transporte de la comarca. Pero Vigo defiende que los viajeros de otros municipios solo disfrutarán de descuentos cuando continúen en la ciudad trayectos iniciados en otras localidades, condición que rechazan los gobiernos locales dirigidos por el PP, que se encuentran en minoría en la comarca. Con el argumento del supuesto incumplimiento del acuerdo sobre el transporte, la Xunta rechazó la inscripción del Área Metropolitana en el registro de entidades municipales, por lo que este proceso está ahora paralizado mientras los gobiernos local y autonómico permanecen enrocados en sus respectivas posturas.