El día 9 de marzo, antes de que diese comienzo el concierto, se dedicó el acto musical a Jesús López Cobos, fallecido una semana antes. El público, puesto en pie, guardó un minuto de silencio y finalmente prorrumpió en una enorme ovación. No obstante, creo que bien pudo recordársele de nuevo en el concierto que estaba previsto dirigiese él este pasado viernes. Aunque en la portada del programa de mano aparecía la efigie del gran director español y la mención In memoriam, no hubieran estado de más unas palabras en recuerdo de quien fue principal director invitado de la OSG durante cuatro años y la dirigió en 68 oportunidades, entre las que destacan dos óperas de Mozart: Idomeneo y Così fan tutte. La otra falta de presencia fue la de otro grandísimo director, y también compositor, Evgueni Svetlanov, que en principio estaba programado para este concierto con su obra, Images d' Espagne, la cual fue sustituida por el poema sinfónico de Musorgsky. Svetlanov falleció hace ya dieciséis años; pero los aficionados coruñeses no hemos podido olvidar su concierto con la Orquesta del Estado de la URSS por la década de los ochenta del pasado siglo cuando interpretó una sinfonía de Scriabin, dentro del Ciclo de Grandes Orquestas. Ausencias aparte, el concierto que escuchamos el pasado viernes constituyó un gran éxito y el joven director Oliver Díaz tuvo un gran triunfo personal. También lo obtuvo Spadano, con un importante protagonismo en la preciosa suite de Chaikovsky. Y, asimismo, el arpista francés, Xavier de Maistre -mismo nombre y apellido que el célebre escritor y pintor del siglo XVIII-, quien realizó una hermosa lectura del concierto de Glière y ofreció un espléndido bis: Carnaval de Venecia, opus 184, del arpista belga, Felix Godefroid; extensa y difícil partitura que provocó una entusiasta reacción del público.