Una bandera grande y morada cuelga de un mástil blanco desde esta semana en la glorieta de Eduardo Diz, uno de los accesos principales al parque empresarial de A Grela-Bens. La enseña, izada entre otros por el alcalde, Xulio Ferreiro, y el conselleiro de Economía, Francisco Conde, está avalada por la Coordinadora Española de Polígonos Empresariales (CEPE) y certifica la condición de esta área industrial coruñesa como Polígono Empresarial de Calidad, reconocimiento que por primera vez obtiene un complejo de concentración de industrias y empresas de Galicia. "Esta distinción es un acicate para el desarrollo de un proceso de mejora", subrayó José Antonio López, presidente de los empresarios asociados de A Grela, quien animó a "compañeros de otros polígonos a extender herramientas" como esta bandera para que la gestión y los servicios de sus áreas de trabajo deparen mejores resultados y prestaciones.

¿Hacia dónde deben tender los parques empresariales para superar sus puntos débiles o elevar su rendimiento? O dicho de otro modo: ¿qué necesidades importantes de mejora tienen hoy en día A Grela y Pocomaco en la ciudad y Sabón, en el concello de Arteixo, el polígono más próximo? Obras en los accesos viarios a los polígonos y una eficiente red de servicios de movilidad son, en general, las demandas principales.

También, desde un punto de vista más particular, la necesidad de desarrollar la actividad al abrigo de la administración local, regular usos, mejorar factores medioambientales y condiciones de seguridad. Sin olvidar, con más ambición, la implantación de un plan industrial de la comarca de mayor aprovechamiento con dinamización de empresas y generación de empleos. Estas son algunas de las asignaturas pendientes que apuntan los presidentes de las asociaciones de empresarios de los polígonos industriales de A Coruña y los representantes de sus trabajadores.

Mejorar los servicios de movilidad es la demanda coincidente. "En los polígonos trabaja mucha gente y el espacio es escaso, hay dificultades para aparcar y en horas punta se tarda tiempo en entrar por los atascos en los accesos. Las líneas del bus urbano son escasas, no penetran en el parque o tienen pocas frecuencias", resume Demetrio Vázquez, miembro de la ejecutiva de la unión comarcal de CCOO, que propone bonificaciones para los trabajadores que se desplacen desde lejos o que compartan vehículos. "Debe mejorarse el transporte público a estas áreas y estudiarse la viabilidad de usar el tendido ferroviario que pasa por A Grela y Pocomaco como medidas que repercutirían en la funcionalidad de los polígonos", sugiere Xabier Filgueira, secretario comarcal de la CIG.

El enfoque esperanzador a este problema lo ponen los portavoces de los empresarios, quienes reconocen las dificultades para hacer más cómoda y sostenible la movilidad hacia los centros de trabajo. En Pocomaco, sus usuarios esperan a que el Concello apure la puesta en servicio de una línea del bus urbano, la 21, que amplíe el recorrido que actualmente hace en el polígono, comenta Ricardo Tormo; en A Grela, José Antonio López pronostica un mayor uso del transporte público y de la bicicleta debido a los trabajos para el fomento de la peatonalización y la movilidad ciclista en la zona la carretera de Baños de Arteixo; y en Sabón, Manuel Rivas hace cuentas para que en el plazo de unos dos años, y tras sendas obras en dos avenidas que desembocan en el polígono, sea mucho más fácil acceder a sus instalaciones.

El parque de A Grela, inaugurado en 1963, es el polígono más antiguo de Galicia. Arrimado a los barrios de O Ventorrillo, Sagrada Familia y Vioño, es el hogar de Estrella Galicia, Alcoa, el Mercado de Frutas y los numerosos negocios del complejo comercial Marineda City, entre 550 empresas e industrias que ocupan más de 1,4 millones de metros cuadrados. Desde sus orígenes fabriles evolucionó hacia la actividad comercial y los servicios y hoy trabajan más de 20.000 personas en 70 sectores, desde la alimentación, la automoción y el textil hasta la consultoría, las telecomunicaciones y la investigación.

"Somos un barrio más de la ciudad", proclama José Antonio López. Pero solo una línea del bus, la 11, cruza parte del polígono (otras cuatro lo rodean) y el empresario lamenta que las áreas de aparcamiento "no den para más". "A primera hora de la mañana no hay buses suficientes para movilizar a 8.000 personas. La movilidad es un campo en el que tenemos que trabajar día a día".

Pocomaco, muy próximo a la red urbana, al borde de la tercera ronda y junto a los barrios de Mesoiro y Novo Mesoiro y al apenas desarrollado parque empresarial de Vío, es un polígono privado de comercio mayorista que cobija desde 1977 a 380 firmas con unos 5.000 puestos de trabajo directos en 736.000 metros cuadrados de superficie. La actividad principal de sus naves es la distribución de productos de un centenar de sectores.

El representante de los empresarios, Ricardo Tormo, dibuja en el horizonte un cambio en la entidad y la gestión del polígono a consecuencia de la recepción del área privada que prevé ejecutar el Concello, por lo que pasaría a ser público. La maniobra beneficiaría al parque en aspectos como la movilidad, terreno en el que se demanda que el bus urbano llegue a todos los rincones. En ello trabajan polígono y Gobierno local, a expensas de la redefinición del mapa de rutas del transporte urbano y del futuro de la concesión de Tranvías.

El parque empresarial más próximo a la ciudad es el de Sabón, en Arteixo, que en 2015 cumplió 50 años. Centro de operaciones del gigante Inditex, con casi 3,3 millones de metros cuadrados que reúnen a un centenar de empresas, de las que más de una decena se integran en la red de la multinacional textil, Sabón da trabajo directo a unas 8.000 personas. Las obras en la rotonda de Sabón agilizaron el tráfico en el entorno y la penetración al polígono, pero no lo suficiente. Rivas ve urgente además la regulación de los usos. "Estamos peleando con el Concello por una ordenanza de usos actualizada, ya que la que hay es de 1965. Esta norma es exclusiva para empresas manufactureras y deja en el limbo a las que se transformaron en comerciales y que deberían tener respaldo de una ordenanza", explica.

Los sindicatos no se quedan solo en la movilidad como cojera a corregir en las áreas empresariales coruñeses y apelan a iniciativas de mayor rango. "La industria debe tener más peso en la comarca, con un modelo productivo que dé facilidades a las empresas para instalarse, aproveche espacios, fomente la investigación, vele por la calidad del empleo y elimine burocracia. Es una apuesta que debe ir más allá de los polígonos", defiende el secretario general de UGT en A Coruña, José Carrillo. A un "plan de industrialización y empleo" con mayor suelo para las empresas alude Filgueira desde la CIG, para "aprovechar la captación de tráficos desde el puerto exterior y el crecimiento de la ciudad".

Los parques de empresas coruñeses, agentes intermedios en el desarrollo y la promoción de una ciudad o un área industrial, concentran, cada uno con sus singularidades, gran parte de su actividad empresarial. En su discurrir se han adaptado a las circunstancias económicas y sociales de cada momento, desde la manufacturación y la distribución de mercancías a la compraventa directa de productos. Los polígonos son desde hace tiempo bastante más que concentraciones periféricas de plantas industriales, naves y almacenes con pesada maquinaria; progresivamente han alquilado sus parcelas al desarrollo de variedad de negocios y servicios que también se ubican en zonas céntricas de la ciudad o de las que incluso se han desplazado: firmas de telecomunicaciones, concesionarios de automoción, hoteles, instalaciones deportivas, cadenas de alimentación y complejos comerciales con tiendas de ropa, restauración, cines y áreas de ocio.

A los polígonos interpelan hoy las estrategias para el desarrollo industrial de A Coruña y su área de influencia, donde la Cámara de Comercio, en un informe de este año, ubica 25 áreas empresariales en funcionamiento, desde Arteixo y Bergondo hasta Ponteceso y Vimianzo. Con el reto de replicar al concepto de que A Coruña es sobre todo una "ciudad de servicios" o "ciudad para vivir y divertirse", los planes de acción y promoción instan a los parques empresariales a adherirse a consorcios u otro tipo de fórmulas integradas por distintas instituciones para atraer inversiones industriales de manera proactiva en torno a objetivos comunes. A ellos apuntan también los empresarios de los polígonos: unión como fuerza.