Tanto la Fiscalía como la acusación particular demandan al titular del Juzgado de lo Penal número 4 de A Coruña que condene a un año de cárcel por cometer un delito de amenazas al sospechoso de atemorizar al portero de un after hour situado en la calle Atocha Alta, en Monte Alto, con una pistola en febrero de 2015. El arma estaba incapacitada para disparar y los cartuchos que portaba el procesado no eran aptos para ese modelo de pistola, según destaca el representante del Ministerio público en su informe sobre los hechos. Esa circunstancia no era conocida por la víctima cuando fue atemorizada.

El procesado alegó en el juicio no recordar todo lo sucedido aquella noche, mientras que el denunciante contó que si bien está acostumbrado a recibir amenazas debido a su trabajo, fue intimidado cuando vio que el sospechoso sacaba munición e intentaba introducirla en la pistola, al tiempo que le advertía: "Aquí voy a entrar y voy a matar a todos y voy a empezar por ti". Cuando le exhibió la pistola, la víctima, representada por el letrado Xaime da Pena, pensó que se trataba de un arma simulada. Sin embargo, cuando cogió los cartuchos, creyó que podía atentar contra su vida.

La pistola había sido modificada sustancialmente, según las conclusiones de un informe elaborado por la policía, en el que destaca que carecía de aguja percutora, por lo que no estaba capacitada para disparar. Tanto la Fiscalía como la acusación particular consideran acreditado que el sospechoso accedió al local de Monte Alto el día 13 de febrero de 2015 alrededor de las once de la mañana. Una vez en su interior, ocasionó "problemas" y molestó a otros clientes. Incluso llegó a lanzar una botella de cristal contra uno de ellos, por lo que fue expulsado del establecimiento por algunos empleados, entre los que estaba la víctima, según relata el representante del Ministerio público en su escrito de calificación.

Cuando lograron sacarlo a la calle, fue cuando exhibió la pistola y trató de introducir munición en ella, al tiempo que amenazaba con "matar" a todos, empezando por el portero. El imputado carece de antecedentes penales y su letrado defendió durante la vista que la víctima no pudo sentirse amenazada, pues el arma no era apta para disparar. El juicio quedó visto para sentencia.