Un joven que el día de su cumpleaños, el pasado 28 de enero, decidió que tenía que pasarle "algo bueno" y que la chica que le gustaba le hiciese caso se frustró cuando no se cumplieron sus expectativas y fue dos veces a Cambre para agredir a un chico con el que tenía "fijación". Tenía una orden de alejamiento del afectado, al que había golpeado en agosto de 2016 con un martillo en la cabeza tras discutir con él por una chica. Por ese caso había sido condenado, además de a la prohibición de aproximarse al afectado durante tres años, a dos años de cárcel, que no cumplió con la condición de que no volviese a delinquir en dos años. En esa ocasión no le aplicaron ninguna atenuante por su estado psíquico.

Un informe forense fue clave para que fuese declarado inimputable dos años después a petición de su abogado, el penalista coruñés Diego Reboredo, y evitase ingresar en prisión por haber golpeado al joven el pasado mes de enero, cuando todavía cumplía la sentencia por el primer caso. "Se observa un tipo de pensamiento denominado mágico", indica en su informe el especialista del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) que lo examinó, quien señala que agredió a la víctima porque "no le pasó una cosa buena el día de su cumpleaños" y consideró que "esa persona con la que tiene fijación era la responsable y la volvió a agredir". El médico propuso la total inimputabilidad del acusado, lo que se traduce en que no respondió por los delitos con penas de prisión porque no estaba en condiciones de comprender las consecuencias de sus actos.

A pesar de la orden de alejamiento en vigor y la posibilidad de ingresar en la cárcel, el sospechoso se presentó en Cambre dos veces el día de su cumpleaños y pegó a la víctima. En la primera ocasión, a las 18.30, le propinó patadas en la pista de juego anexa al centro escolar de la localidad, al tiempo que le decía: "Hijo de puta, eres un payaso, un tonto, deja de ponerme denuncias". Dos horas más tarde regresó a una cafetería y volvió a golpear al perjudicado, a quien le rompió las gafas. "Deja de poner denuncias que no voy a pagar la indemnización que debo ni nada y te voy a matar, te voy a matar", le advirtió.

El acusado fue detenido ese día y el juzgado de guardia decretó su ingreso en prisión -se encontraba en periodo de suspensión de condena por agredir a la misma persona y tenía una orden de alejamiento de ella-. El 24 de mayo la juez dictó un auto para dejarlo en libertad debido al informe del médico forense. La magistrada le impuso "medidas de seguridad".

La Fiscalía y el abogado defensor, Diego Reboredo, llegaron a un acuerdo el día en el que se fijó la fecha de celebración del juicio. El acusado, debido a su inimputabilidad, fue absuelto de delitos de quebrantamiento de medida cautelar, contra la Administración de Justicia y de tres leves de maltrato de obra. La juez de Penal 5 le impuso como medidas de seguridad, por un periodo de tres años, el sometimiento a la custodia familiar, la imposición de libertad vigilada, consistente en estar localizable mediante aparatos electrónicos, la obligación de seguir tratamiento médico y controles y la prohibición de comunicarse y aproximarse a la víctima.