Una inspección de Augas de Galicia de septiembre del pasado año concluyó que, debido a "importantes infiltraciones" de agua de mar en las redes de saneamiento, la depuradora de Bens no pudo realizar el tratamiento biológico, aproximadamente, del 70% del caudal que le llegó durante el periodo de estudio. Eso quiere decir que el vertido que salía al mar de la estación, que da servicio a A Coruña y a los mayores concellos del entorno y cuyo funcionamiento sufragan sus vecinos con un canon, solo pasaba en ocasiones por una fase primaria de depuración, insuficiente para cumplir "la legislación aplicable", en palabras de técnicos de la EDAR. El Concello informa de que está ultimando un proyecto para el aliviadero de Riazor, uno de los principales puntos de entrada de agua marina a la red. Necesita una financiación de 400.000 euros. Por otra parte, comenzó ayer el arreglo de la compuerta de entrada del emisario submarino, con problemas desde su puesta en marcha, un trabajo que ha tenido que asumir la constructora.

Aunque Augas de Galicia indica en su informe, al que ha tenido acceso a este periódico, que la valoración del estado global de la planta es aceptable, alerta de que las "elevadas conductividades" -causadas por la salinidad de las infiltraciones- están "condicionando" el funcionamiento de la EDAR de Bens y que no se sometió a tratamiento secundario "aproximadamente un 70% del caudal de entrada" a las instalaciones.

Sin depuración biológica

¿Qué es el tratamiento biológico o secundario? Bens, según figura en la página de Augas, tiene varias fases de depuración. En la primera fase, o pretratamiento, se deshacen de elementos como toallitas o pañales, la arena u otros residuos sólidos pequeños, y líquidos o sólidos que no se mezclan con el agua. A continuación se realiza el tratamiento "primario" o "decantación primaria", para retirar las partículas de menor tamaño o que no se fueron con el pretratamiento. El tratamiento secundario en Bens, de carácter biológico, se ejecuta con un sistema de lodos activados (bacterias convierten materia orgánica residual en minerales, que se separan con una nueva decantación). Con el agua de mar, se alteran las condiciones en las que dichas bacterias pueden realizar correctamente su trabajo.

Ya en un informe en abril de 2017, técnicos de la estación depuradora informaban a la sociedad que la gestiona y que está participada por A Coruña, Culleredo, Oleiros, Arteixo y Cambre, que no se estaba sometiendo a tratamiento biológico todo el caudal, "tal y como exige la legislación aplicable", algo que además "afecta negativamente" a otras fases posteriores de la depuración como la "desinfección, deshidratación y digestión". Al igual que ordenó posteriormente Augas, los técnicos recomendaban localizar los puntos de infiltración.

Augas de Galicia, que cofinanció las instalaciones con la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, instó a los responsables del saneamiento, los concellos, a que llevasen a cabo las actuaciones necesarias para disponer de algún elemento de aliviadero en los túneles de Riazor y Elviña para evitar la entrada de agua de mar hacia los túneles. El informe, solicitado por el director de Augas, pedía una programación valorada de las actuaciones necesarias.

El proyecto y la financiación

El Gobierno municipal explica que está ultimando un proyecto para corregir parte del problema. Fue validado y autorizado por la Comisión de seguimiento de la Edar de Bens, en la reunión que celebraron el pasado 6 de abril. En esta comisión participan representantes del Concello, de la sociedad de la EDAR presidida por Carlos Lamora, de la Confederación Hidrográfica y de Augas de Galicia. Pero la autorización definitiva "se condicionó a la realización de una serie de aclaraciones técnicas, que se están desarrollando actualmente".

La financiación del proyecto, estimada en 400.000 euros, aún no está garantizada. El Ejecutivo pretende incluirla en la lista de inversiones que podrán abordar con el superávit municipal, después de que Hacienda haya permitido emplearlo en determinado tipo de actuaciones "financieramente sostenibles" (IFS). Pero este listado tiene que pasar por Pleno y el Gobierno local precisa del acuerdo con para sacarlo adelante del PSOE, en cuyo grupo dicen estar pendientes de una reunión interna para analizar el documento facilitado hace unas semanas por el Ejecutivo.

Fuentes municipales explican que en cualquier ciudad costera existen aportaciones del agua del mar al saneamiento y que esta situación "tiene incidencia en la planta determinados días del año con presencia de mareas vivas fuertes", especialmente si son por la noche, teniendo en cuenta que a esa hora también existe un caudal menor de aguas residuales. Las principales infiltraciones se producen en los colectores de San Roque/Bens a través del aliviadero. La obra que prevé el Concello es "la instalación de una compuerta para la apertura en superficie de una cámara en el aliviadero de Riazor, así como la instalación de un sistema de retención que evite la entrada de oleaje".

Actuaciones antiguas

No es la primera vez que se intenta abordar el problema. En octubre de 2012, con el anterior Ejecutivo y un año después de que el Gobierno local asumiese la gestión de las instalaciones, se informó a los medios de la inspección del colector general de saneamiento situado bajo el arenal de Riazor, con el objetivo de detectar posibles filtraciones de agua de mar en la red para "minimizar los porcentajes de conductividad de la red de saneamiento".

El área de Medio Ambiente había realizado inspecciones en otros puntos de aporte y ejecutado obras en el aliviadero de San Roque y el en antiguo regato dos Xudeus, en el muelle de A Palloza. En febrero, se reparó el colector bajo la playa, por la detección de nuevas filtraciones de mar que lastraban el funcionamiento de la EDAR. Los problemas, a día de hoy, y visto los informes tanto de los técnicos de la depuradora como de Augas de Galicia, siguen siendo relevantes y pueden afectar, según los análisis de Augas, al 70% del caudal.

Incumplimientos

A Coruña esperó dos décadas para tener una estación depuradora acorde con las necesidades de la ciudad y de la comarca. Dos décadas desde que la UE ordenase a los concellos de más de 15.000 habitantes a depurar y una década después del plazo límite, 2001, que habían dado las autoridades comunitarias para llevarlo a cabo. España se ganó una multa por ello. A pesar de ser declaradas de interés general en 1996, las obras no se no se adjudicaron hasta 2004, a Ferrovial, en pleno relevo ministerial del Gobierno Aznar al de Zapatero, con un plazo de construcción de cuatro años. El emisario se adjudicó más tarde, a Dragados. No funcionó hasta 2010. Después de que los concellos hubiesen creado la sociedad de gestión, un informe reveló otras deficiencias como una fisura en el emisario submarino.