En julio de 2005 el Ayuntamiento presidido por Francisco Vázquez entregó las llaves de las 44 viviendas construidas en Orillamar a las 35 familias que hasta 2001 habían vivido en el poblado de chabolas ubicado en ese mismo lugar durante 25 años y que era conocido como los arcones. El edificio fue construido por la Xunta y luego vendido a mitad del precio de coste al Concello, que distribuyó los pisos a los antiguos chabolistas a cambio de alquileres sociales de 50 a 70 euros.
"Yo quería que se buscara una solución que les permitiera seguir viviendo donde siempre han vivido", manifestó Vázquez entonces, para quien estas personas eran "vecinos de la Torre y de Orillamar, incluso con más antigüedad y más derechos que muchos vecinos que ahí viven". Tras la demolición de los arcones, un equipo municipal trabajó con las familias para facilitar su adaptación a las nuevas viviendas.
Tras las detenciones efectuadas ayerdetenciones , la concejal de Seguridade, Rocío Fraga, anunció que solicitará a la Delegación del Gobierno información sobre la operación policial para conocer el impacto que tendrá en las familias de los 23 detenidos y determinar si es necesaria una intervención social del Concello. El alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, habló a primera hora con el delegado del Gobierno y le ofreció la colaboración a través de la Policía Local y los bomberos.
